Las deudas y las malas condiciones para los negocios familiares que sufrió Japón el pasado año pudieron con Kongo Gumi , una empresa con catorce siglos de antigüedad a sus espaldas.
Lo que no pudieron conseguir innumerables guerras, enormes cambios en el progreso de la humanidad o crisis económicas galopantes, lo ha terminado por conseguir el progreso: la empresa más longeva del mundo echó finalmente el cerrojo .
Construyeron ataúdes durante la Segunda Guerra Mundial James Olan Hutcheson analiza en Business Week
Durante su dilatadísima trayectoria, la empresa tuvo que hacer frente a situaciones muy complicadas, como cuando en el siglo XIX perdieron los subsidios estatales y comenzaron a realizar construcciones comerciales por ver primera, o cuando tras la Segunda Guerra Mundial tuvieron que subsistir produciendo ataúdes para los caídos.
Un gigante de la construcción la absorbió en enero Finalmente no valieron los romanticismos y fueron las circunstancias más comunes las que acabaron con su trayectoria: la
Takamatsu, un gigante de la construcción en Japón, absorbió esta legendaria marca, lo que demuestra que fueron los puntos fuertes de su longevidad los que, finalmente, dictaron su sentencia.
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