El obispo Munilla: La crisis de ideales lleva a "seudovalores" como el "derecho a decidir"

  • El obispo de San Sebastián critica en su homilía el derecho a decidir en lo que se refiere al aborto, al suicidio y a la convivencia social.
  • José Ignacio Munilla cree que se "endiosa la libertad" ante "la carencia de valores".
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, durante la Eucaristía celebrada hoy en la Basílica de Loyola con motivo de la festividad de San Ignacio.
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, durante la Eucaristía celebrada hoy en la Basílica de Loyola con motivo de la festividad de San Ignacio.
EFE / Javier Etxezarreta
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, durante la Eucaristía celebrada hoy en la Basílica de Loyola con motivo de la festividad de San Ignacio.

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, cree que "la crisis de ideales" existente en la actualidad lleva a algunos a "invocar seudovalores" como el llamado "derecho a decidir", en lo que se refiere a "seguir viviendo o suicidarse", a abortar o no, o a "mantener o romper los lazos de la convivencia social".

Tras considerar que "se endiosa la libertad" ante "la carencia de valores objetivos", afirma que este 'derecho a decidir' "termina allí donde existe un bien objetivo" que no se debe "ignorar".

En su homilía durante la Misa Solemne celebrada en la Basílica de Loyola con motivo de la festividad de San Ignacio, Munilla ha destacado que "todo idealismo —no solo el cristiano— es incompatible con el nihilismo y el escepticismo que niegan que exista una verdad objetiva".

"He aquí el nuevo dogma de nuestros días: no hay verdades universales, sino tantas verdades como individuos. El único ideal absoluto de esta cultura es la 'libertad', entendida como la propia elección, como el derecho a optar por cualquier cosa y en cualquier momento", ha señalado.

En este sentido, ha apuntado que, "mientras el cristianismo afirma que es la verdad la que nos hace libres, el relativismo piensa que el único criterio moral es la propia elección del sujeto, sin interferencias de ninguna clase". "Es decir, mientras que el cristianismo recuerda que no hay democracia sin conciencia, el secularismo sostiene, en la práctica, que la propia democracia es la conciencia", ha añadido.

En este contexto, ha afirmado que "la crisis de ideales no suele ser reconocida por la propia cultura que la padece, y con frecuencia, recurre a invocar algunos seudovalores, como en nuestros días ocurre con el llamado 'derecho a decidir'".

"En la práctica este "derecho a decidir" se erige como la única verdad universal y objetiva: Derecho a decidir si el individuo desea seguir viviendo o prefiere suicidarse; derecho a decidir si llevar a término la gestación de un hijo o abortarla; derecho a decidir si se acepta la propia naturaleza o se rediseña a la carta; derecho a mantener o romper los lazos de nuestra convivencia social", ha indicado.

"Endiosamiento de la libertad"

A su juicio, "la carencia de ideales objetivos, está siendo sustituida por el endiosamiento de la propia libertad". En este sentido, ha aludido a las palabras del conocido pisquiatra Victor Frankl, en las que expresó que "la estatua de la libertad en la Costa Este de los Estados Unidos, necesitaría estar complementada por otra estatua, la de la responsabilidad, en la Costa Oeste".

"No somos individuos, sino personas. Nos somos seres aislados, sino seres sociales. De modo que el 'derecho a decidir' termina allí donde existe un bien objetivo que no tenemos derecho a ignorar", ha aseverado José Ignacio Munilla.

Por ello, considera que hoy tienen "mayor actualidad que nunca las palabras que, tomadas del Evangelio, Ignacio de Loyola dirigió a un Francisco Javier que vivía su libertad sin norte: '¿De qué te sirve ganar el mundo entero si pierdes tu vida?". El prelado destaca que esto, "traducido a nuestro lenguaje, sería: ¿De qué te sirve una libertad que te conduce al abismo?". El obispo de San Sebastián también ha instado a "hacer un juicio crítico de las bases sobre las que se sustenta la cultura materialista y capitalista".

"La cosmovisión de nuestra cultura secularizada ha dado la espalda a cualquier idealismo, de forma que nos encontramos mucho más próximos a la mentalidad de Don Juan Tenorio que a la de Don Quijote de la Mancha", ha señalado, para recordar que el primero de ellos era "un tunante que se sirve de todos los que le rodean para satisfacer sus caprichos mujeriegos", mientras que el segundo era "un hombre de honor y de palabra".

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