La ribera baja del río permanecía, no obstante, en alerta. La situación mejoró a lo largo de la jornada y la A-1107, que comunica en Pina de Ebro la N-2 y la N-232, fue reabierta ayer al tráfico, tras cuatro días cortada por la inundación, que ha deteriorado bastante su piso. Otros tramos de vías secundarias seguían cortados, como el del kilómetro 6 de la CV-314, a la altura de Movera. Según informó la Confederación Hidrográfica del Ebro, la cresta de la crecida fue absorbida por el embalse de Mequinenza. Por su parte, organizaciones agrarias aseguraron que los daños por la crecida superan los de 2003 y cifraban en unas 18.000 las hectáreas de cultivos anegadas por el río.
El Ebro deja de crecer y se reabren carreteras
El nivel del Ebro continuó ayer bajando y a su paso por Zaragoza era ya de menos de 1.000 metros cúbicos por segundo, y se situaba en los 3,15 metros.
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