La investigación comenzó cuando el novio de la ahora detenida, un ciudadano ecuatoriano, denunció que su pareja sentimental, Mariana Catalina C., de nacionalidad rumana, había sido víctima de un secuestro y de una agresión sexual.

La joven confirmó posteriormente la denuncia, cuando acudió a las dependencias policiales de Orihuela (Alicante), una vez fue liberada por sus captores.

Así, la joven explicó que uno de los autores de estos hechos graves era la misma persona que años atrás la trajo a España, desde su país de origen, Rumania, engañada con una falsa promesa de trabajo, y que después la obligó a ejercer la prostitución para él.

De este modo, agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Alicante se encargaron de la investigación y se percataron de que en la declaración que prestó la joven en Alicante, existían varias contradicciones con la que prestó en la Comisaría de Policía de Orihuela.

Por ello, ante la duda de que los hechos denunciados pudiesen ser falsos se inició una investigación en profundidad, que dio como resultado que la joven había mentido.

Los agentes detuvieron a la mujer, pero no a su novio, al constatar que era ajeno a la mentira.

Una vez fue detenida, la chica expuso que los hechos que denunció en un principio eran totalmente falsos y que el motivo que le llevó a actuar de ese modo era evitar que su pareja sentimental averiguara que le había sido infiel, según indicaron las mismas fuentes.