Setenta días de acampada en Madrid por amor a One Direction

  • El pasado 3 de mayo un grupo de directioners comenzaron a hacer cola frente al estado Vicente Calderón para estar más cerca de sus ídolos el 10 y 11 de julio.
  • Este miércoles ya son 300 personas organizadas por un peculiar sistema de turnos que ha causado más de una pelea.
  • Sin duchas, sin servicios y sin enchufes para los móviles y durmiendo y comiendo de forma precaria, así viven los fans de este fenómeno mundial.
Decenas de seguidoras y seguidores de One Direction han hecho guardia durante días, en algunos casos incluso meses, para asegurarse un buen puesto en el estadio Vicente Calderón.
Decenas de seguidoras y seguidores de One Direction han hecho guardia durante días, en algunos casos incluso meses, para asegurarse un buen puesto en el estadio Vicente Calderón.
JORGE PARÍS
Decenas de seguidoras y seguidores de One Direction han hecho guardia durante días, en algunos casos incluso meses, para asegurarse un buen puesto en el estadio Vicente Calderón.

Desde hace más de dos meses un grupo de adolescentes ha hecho de los muros del Estadio Vicente Calderón su casa.

Son casi todas chicas, de entre 15 y 18 años, sentadas en el suelo, durmiendo, jugando a las cartas o cantando. A la sombra y al sol, bajo la lluvia, soportando frío y calor. Así pasan las horas, los días y las noches, con un mismo sentimiento en el corazón —su amor incondicional por One Direction— y un solo pensamiento: estar lo más cerca de Harry, Louis, Liam, Niall y Zayn en los conciertos que esta boy band ofrecerán los días 10 y 11 de julio.

Para estar allí han mentido a sus padres, han faltado a clase, han suspendido exámenes, se han gastado todos sus ahorros y algunas están al borde de la desnutrición, por no comer ni beber de los nervios. Unas acudieron solas pero en seguida hicieron 'piña' con otras fans a las que conocieron en las redes sociales o en la propia cola. Otras vinieron con sus amigas de toda la vida y ya no se hablan porque no les guardaron el sitio.

Así son las cosas en el campamento directioner de Madrid.

Un sencillo y polémico sistema de listas

Los primeros plantaron su bandera el pasado 3 de mayo. Los encargados de seguridad no les permitieron quedarse pero volvieron a la carga el 9 de mayo y esta vez ya nadie les pudo levantar. Eran adolescentes que se habían conocido por las redes sociales, unidos por una misma ansiedad: ser los primeros de la fila. Así se inauguró el Grupo 1.

Según iban llegando se fueron instaurando los demás: el Grupo 2, el Grupo 3... Ahora hay más veinte grupos, clasificados según el tipo de entrada (Pista A,B,C,D). Los privilegiados con entrada Rock Me tienen su propia lista porque podrán acceder media hora antes que los demás y elegir sitio; su precio en origen era de 190 euros, ahora estas entradas se cotizan a 1.000 euros.

Su sistema para guardar el turno es tan simple como conflictivo: quién esté allí más horas será el primero en entrar. Para ello, los del Grupo 1 pasan lista aleatoriamente a los demás, comprobando si están o no para contabilizar las correspondientes horas. Cada grupo establece turnos entre sus miembros, de manera que siempre haya alguien para contestar cuando pasan lista.

Haciendo noche al pie del Vicente Calderón

El pasado 12 de mayo el ataque de unos presuntas ultras del atlético les obligó a interrumpir sus guardias nocturnas, pero un mes de nuevo, el 13 de junio, volvieron los sacos de dormir y las tiendas.

Desde hace dos días ya nos les dejan usar tiendas , "los vecinos se ha quejado, dicen que destrozaba la urbanización", cuenta Lorena, una directioner de 16 años en pijama y calcetines que le ha tocado 'hacer las noches' en julio. Se ha traído toallas y cojines pero confiesa que no duerme mucho y que se pasan hablando hasta las 4 de la mañana. Lo está pasando muy bien: "Cuando llegué no conocía a nadie y ahora tengo el teléfono lleno de contactos".

Los coches les pitan al pasar desde la concurrida M-30, otros les increpan o se burlan de ellos. En ocasiones han recibido algunas visitas 'no deseadas': borrachos o viandantes sospechosos. Pero nada de eso les importa.

"Sería capaz de hacer cualquier cosa por One Direction, cuando les vea por fin creo que voy a llorar", asegura.

Sin duchas, sin servicios y sin enchufes para los móviles

Melisa, de 18 años, está en el Grupo 1. Para estar allí tuvo que mentir a sus padres, les dijo que estaba en casa de un amigo. Ahora ya saben la verdad pero la perdonan. Lo que peor lleva de la acampada es el calor, comer de bocadillos todos los días y no tener cerca servicios, porque al principio los bares no les dejaban usar los suyos.

También echan en falta no tener enchufes para recargar los móviles, le recuerdan sus amigas. Una de ellas, Nuria, también de 18 años, ha venido por su cuenta desde Mallorca. "Mi madre me dejó ir porque me comprende, ella fue fan de Camilo Sexto", asegura. Nuria ahorró para pagarse la entrada, el viaje y la manutención. En total lleva gastados unos 400 euros. Para ducharse utiliza la casa de un amigo "pero otra gente también te ofrece sus casas si lo necesitas", asegura.

Madres coraje

Sin embargo no todo es amabilidad, compañerismo y buen rollo en la acampada, que este miércoles ya cuenta con unas 300 personas al pie del estadio atlético. Ha habido peleas y discusiones por los turnos.

"Estas chicas se ponen como locas, son capaces de matar", asegura Carmen, una madre en paro que ha venido desde Málaga para acompañar a su hija. "Lo que mueve esto es increíble, llevan tres años soñando con esto. Ahora ya me sé el nombre de todos e incluso una canción".

Carmen confiesa que se echó a llorar cuando vio a su hija a primera hora de la mañana, tumbada en el suelo y arropada por la manta entre muchas otras. "Parecía un campamento de refugiados", relata a 20minutos.

No es la única madre que ha decidido acompañar a su hija en la experiencia. Mari Carmen, de Alicante, teme por la salud de su hija, que no come ni bebe desde hace dos días por culpa de los nervios y permanece tumbada en el suelo sobre una esterilla. Fue atendida por el Sámur y le advirtieron que si seguía así habría que trasladarla al hospital. "Yo estoy sufriendo, como madre me dan ganas de cogerla y decirle: 'vamos para casa'. Pero no puedo hacerle esto, es lo más importante para ella. Prefiero que tengan estas pasiones que otras más raras", admite Mari Carmen, que tuvo que cederle su trabajo a su marido para poder acompañarla a Madrid.

Son auténticas madres coraje: le duelen los huesos de dormir en el suelo y están tostadas por el sol. "Yo me alegro por mi hija, de verla contenta, pero por dentro me acuerdo de la madre de los cinco One Directions", cuenta Pilar, también de Málaga. "Mi hija está obsesionada, es ver a Louis y '¡ay cómo le quiero'. Me dice: 'Mamá si lloro en el concierto no me vayas a regañar'".

Estas madres están en los Grupos 16 y 17 y temen que todos esos turnos no valdrán de nada. "Cuando abran las puertas, cogerá sitio el más listo o el que corra más".

Francisco Javier, el único padre del campamento —al menos a la vista— comparte su opinión. Él ha venido desde Sevilla con su hija y casualmente cumple 44 años el día del concierto. Cuenta que se lo pensó cuando supo que el concierto era en Madrid pero su hija nos descubre que fue su padre quien le animó a ir de acampada a Madrid. "Soy campista, me encanta irme solo al monte, pero esto es una aventura más grande", admite.

Una gira de 69 conciertos para los más vendidos de 2013

El martes, One Direction desató la locura ante 40.000 personas en el Estadio Olímpico de Montjuïc, este jueves lo harán ante 45.000 en Madrid y probablemente una cifra cercana el viernes. Su gira, titulada Where We Are, consta de 69 conciertos y finalizará el 5 de octubre en Miami.

One Direction nació hace cuatro años de manos de Simon Cowell, responsable del programa X-Factor, que creó 'ad hoc' esta boy band entre jóvenes concursantes que no tenían posibilidad de triunfar como solistas. Con solo tres discos publicados, Harry Styles, Liam Payne, Zayn Malik, Niall Horan y Louis Tomlinson se han convertido en ídolos adolescentes y en un fenómeno de ventas en el mundo entero, haciéndose con los primeros puestos de ventas.

El pasado año y en ausencia de Adele, One Direction se convirtieron en los artistas más vendidos del mundo con 4 millones de álbumes (según la IFPI), superando a otras estrellas como Eminem, Justin Timberlake, Bruno Mars y Katy Perry. Y este año van camino de repetir su reinado.

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