Eloísa y Mariana (9 años de relación) se casaron hace año y medio. Hace dos meses fueron madres de una niña.

Eloísa se sometió a una inseminación artificial con semen de donante anónimo en la Unidad de Reproducción Asistida del hospital El Ángel de Málaga.

Todo fue bien, salvo la inscripción de su hija en el Registro Civil. "Nos hicieron sentir inferiores al resto de los ciudadanos", afirman. La pareja sufrió "trato discriminatorio", según la asociación Andalucía-Diversidad.

Antes del nacimiento, fueron al Registro para informarse. Lo primero que les preguntaron es si estaban "casados". Respondieron que "casados no, casadas sí".

Luego, les indicaron que debían presentar el libro de familia, certificado de nacimiento y certificado médico de la Unidad de Reproducción, firmado por el médico que asistió a Eloísa y su número de colegiado. Y que el informe debía indicar incluir que se trataba de una "inseminación artificial con semen de donante anónimo", que el embarazo era "satisfactorio" y datos de la clínica y la madre gestante.

Les señalaron también que debían ir ambas al registro. "Si va un hombre solo no hay problema", mantiene.

Cuando Eloísa recibió el alta, volvió con su mujer y su hija. Coincidieron con dos parejas heterosexuales. Presentaron el consentimiento informado de la Sociedad Española de Fertilidad que hay que firmar obligatoriamente antes de hacer un tratamiento de fertilidad y que incluye todos los datos que les requerían. Les dijeron que no era más que un "folleto informativo".

Presentaron entonces el certificado médico, pero "decían que no ponía que el donante era anónimo y no inscribían a la niña", recuerda. "Dije que no me movía de allí y más tras oír a los funcionarios decirle a una pareja ‘no pasa nada’ cuando dijeron que no estaban casados, ni eran pareja de hecho y no vivían juntos", afirma.

Inscribieron a la niña, pero "casi como un favor. Sentimos impotencia, indefensión".

Antonio Ferre, presidente de Andalucía-Diversidad, señala que la entidad ha detectado en 2014 un "repunte" en los casos de insultos, amenazas o agresiones homofóbicas y trasfóbicas en Andalucía.

En 2013 hubo en la región 201. En toda España se contabilizaron 450. Esta cifra colocó a la comunidad andaluza como la primera del país en número de casos, por encima de Cataluña y Valencia.

"Aún sigue habiendo casos de familias que llevan a sus hijos a médicos para buscarles una solución", agrega Ferre.