Cuando don Juan Carlos anunció su decisión de abdicar y ceder el trono a su hijo, habló de dejar paso a una "generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando" y afirmó que el príncipe "está plenamente preparado para reinar". "El príncipe mejor preparado de la Historia", según las palabras del propio rey Juan Carlos, reinará para la ‘generación más preparada de la Historia’ en un momento en el que el paro y la precariedad ataca especialmente a los jóvenes y a los universitarios, con una importante inestabilidad en Educación y con una importante fuga de cerebros por la mala situación de la investigación científica en España.

Don Felipe estudió con la Ley General de Educación de 1970 todavía vigente: estudió preescolar, EGB y BUP en el Colegio Santa María de los Rosales hasta 1985 e hizo COU en Canadá. Tras dejar los estudios durante unos años para realizar su formación militar, se licenció en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid (es el primer príncipe de España con estudios universitarios), estudió varias asignaturas de Económicas y cursó un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos. El príncipe, además, habla inglés, francés y catalán, aunque también ha dado discursos en gallego y euskera.

Desde que el príncipe Felipe terminó sus estudios, en España se han sucedido seis leyes educativas diferentes, incluyendo la propia Ley General de Educación (1970), la LOGSE (1990), la Ley Orgánica de Calidad de Educación (2002), la Ley Orgánica de Educación (2006) y la reciente LOMCE del gobierno de Mariano Rajoy. La falta de consenso entre los grandes partidos y la ausencia de un pacto de Estado en materia educativa se ha traducido en constantes cambios normativos en todas las etapas de la educación.

Estos vaivenes en la legislación de la enseñanza han afectado negativamente a los resultados académicos de los estudiantes españoles, que se encuentran por debajo de la media de la OCDE en Matemáticas, Ciencias y Lectura, según el informe PISA, y además presentan importantes brechas entre comunidades autónomas. Además, los universitarios en España presentan el nivel de idiomas más bajo de Europa, según un estudio reciente en el que los españoles obtuvieron una nota media de 52,80 sobre 100 en inglés, un aprobado raspado.

A esta situación hay que sumar que la crisis económica se ha cebado especialmente con los jóvenes. La última Encuesta de Población Activa reflejó que el desempleo juvenil supera el 55% en España y miles de jóvenes se han visto obligados a salir del país para encontrar trabajo. Y según datos de Eurostat, España es el país con peores cifras de empleo juvenil, con un 57,7% de paro.

¿Y cuál ha sido la postura de don Felipe ante esta situación? El príncipe ha hecho mención a la situación de los jóvenes en varias ocasiones durante los últimos años de crisis y ha llegado a defender que "España saldrá de la crisis gracias al nivel educativo de los jóvenes", aunque también ha achacado el alto paro juvenil en alguna ocasión a "la falta de una preparación adecuada". Don Felipe ha considerado "grave, triste y preocupante" el incremento del número de jóvenes que no estudian ni trabajan y ha pedido soluciones "urgentes y eficaces" para la situación de la educación. En este sentido, hace pocos meses consideró "absolutamente esencial" transformar la educación e introducir en ella el uso de las nuevas tecnologías.

En otras intervenciones, Don Felipe ha afirmado también que es "inaceptable que la desesperanza se instale en los jóvenes" y ha pedido que se tomen medidas para evitar que la juventud se sienta "excuida material, social o emocionalmente". El próximo mes de septiembre, ya como Felipe VI, el príncipe volverá a pronunciarse sobre la educación durante la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en la que la fundación Fullbright recibirá el premio de Cooperación Internacional por su programa de becas internacionales para universitarios.

El presupuesto dedicado al I+D+i ha sufrido recortes muy severos durante los años de la crisis y numerosos investigadores españoles se han visto obligados a emigrar para poder continuar con su trabajo. En los últimos Presupuestos Generales del Estado, la inversión en ciencia se ha situado en niveles de 2005 y colectivos científicos se han movilizado pidiendo incrementos en los recursos dedicados a esta partida para evitar el "colapso de una parte significativa de las instituciones más emblemáticas del sistema público de investigación".

El Centro Superior de Investigaciones Científicas, el mayor centro público de investigación en España estuvo al borde de la quiebra en 2013 y no renovará becas ni hará contratos hasta 2017. Sólo en la Comunidad de Madrid, 2.761 investigadores se quedaron sin trabajo durante los años más duros de la crisis.

Don Felipe ha tenido una relación amplia con el ámbito de la ciencia a través de los Premios Príncipe de Asturias, que cada año desde 1981 han premiado a diferentes personalidades del ámbito de la investigación científica cuyos descubrimientos han supuesto una contribución relevante para el progreso de la Humanidad.

En su primer discurso tras el anuncio de la abdicación del rey, el príncipe ya hizo una mención a este asunto, al asegurar que "sólo uniendo nuestros afanes, anteponiendo el bien común a los intereses particulares e impulsando la iniciativa, la investigación y la creatividad de cada persona, lograremos avanzar". En otra intervención más reciente, don Felipe elogió el nivel científico de España y consideró el I+D+i la clave "para el crecimiento económico y para el progreso de las sociedades".