Muestran en una exposición en Moscú la mitificación de Lenin y Stalin como "amados líderes"

  • La muestra, que inaugura un ala del Museo Histórico Estatal de la Plaza Roja, expone mil objetos y analiza la construcción del culto a la personalidad.
  • "El mito del amado líder" incluye los zapatos caros de Lenin, la colección de pipas de Stalin o la capa 'proletaria' que el segundo usó para parecerse al primero...
  • Los responsables de la pinacoteca pública quieren que los rusos "reflexionen sobre la historia" y "no cometan los mismos errores otra vez".
Icónico óleo de Brodsky con Lenin desplegando una bandera roja para dejar ver una manifestación
Icónico óleo de Brodsky con Lenin desplegando una bandera roja para dejar ver una manifestación
Cortesía Museo Histórico Estatal de Moscú
Icónico óleo de Brodsky con Lenin desplegando una bandera roja para dejar ver una manifestación

Mientras el presidente Vladimir Putin echaba un pulso a la comunidad internacional con la anexión a Rusia del territorio ucraniano de Crimea y mostraba al resto del mundo sus misiles nucleares en un desfile con aroma a los viejos tiempos de la Guerra Fría, en Moscú inauguran una exposición financiada con fondos públicos que pretende analizar el culto a la personalidad que cultivaron los líderes comunistas del pasado con la intención de que los ruos "reflexionen sobre la historia" y "no cometan los mismos errores otra vez".

El mito del amado líder, que estará en cartel hasta el 13 de enero de 2015, muestra mil objetos y obras de arte que ponen en solfa las elaboraciones y manipulaciones culturales creadas o inventadas para venerar las figuras de Lenin y Stalin, bajo cuyo mando único se rigió la antigua URSS durante más de tres décadas, entre 1922 y 1953. La exposición renueva un ala del Museo Histórico Estatal de la Plaza Roja, que recibió los fondos de la cercana pinacoteca que hasta 1993 estuvo dedicada primero a la figura de Lenin y luego a la historia del Partido Comunista.

Incómodo abrigo-capote

Los zapatos caros y a medida con que Lenin regresó a Rusia desde el exilio para encabezar la Revolución de 1917 y las fotos con atuendo de obrero —chaquetón y gorra  plana de felpa, botones bastos...— que fueron distribuidas tras el avance y posterior triunfo de esta; el abrigo-capote, también obrerista, con que el ideólogo del levantamiento de los soviets era mostrado casi siempre en los retratos, pintados o fotográficos, aunque no la utilizaba apenas porque le parecía una prenda incómoda...

La exposición aspira a "reflejar la génesis de los cultos políticos" edificados en torno a los líderes de la naciente URSS, identificando a la unión de repúblicas con sus dirigentes: Lenin era representado frente a una bandera roja que dejaba asomar a una multitud en un conocido óleo de Isaak Brodsky o envuelto en la enseña en otro de Alexandar Gerarsimov.

Escenas idílicas (e inventadas)

En algunos casos, los artistas del partido único se dejaban llevar por la belleza cándida de las escenas idílicas descaradamente inventadas: Lenin habla con un grupo de niños en un parque nevado en una obra de Alexey Varlamov; se mezcla con campesinos según Viktor Tsyplakov y Arkady Plastov muestra al político meditando en una pastoral escena nocturna.

Entre el millar de objetos seleccionados destacan los dedicados a Stalin, que empezó a ser glorificado de manera programada a partir de 1929, coincidiendo con su 50º cumpleaños y con su desaparición pública durante tres. Este lapso, perfectamente programado, fue aprovechado para cambiar la imagen pública del dictador, una persona fría, calculadora y emocionalmente lisiada —había sido objeto de maltratos físicos infantiles por un padre alcohólico— a quien se empezó a mostrar como cercano, amigable e incluso más alto —medía 1,67 pero en los cuadros y fotos aparece siempre superando a los demás—.

"Profeta, apóstol y maestro"

El todopoderoso líder de la URSS —para quien fueron acuñadas descripciones como "defensor del Estado", "profeta, apóstol y maestro" y "constructor del nuevo mundo socialista"— revisaba en persona todas las propuestas de reproducción de su imagen, repartida masivamente en litografías, pósters, tarjetas... Su nombre siempre era parte del título de la obra y las imágenes siempre pasaban por un proceso de retoque. El apartado de la exposición Lenin y Stalin: evolución de la imagen del líder muestra una retrospectiva de carteles de ambos, entre ellos algunos con el segundo luciendo la misma capa que el primero.

También se expone la colección de pipas de Stalin, un arbol genealógico que demuestra los orígenes judíos que siempre ocultó, todas las posesiones que guardaba en su dacha y 83 retratos de Lenin realizados artesanalmente por comunistas de todo el mundo en plumas, hojas de tabaco, piedra, bordados... Las máscaras mortuorias realizadas a los cadáveres de Lenin y Stalin son el punto de salida de la muestra, que, según la coordinadora Yelena Zakharova, permitirá a los rusos "recordar partes ocultas de nuestra historia y sus millones de víctimas".

"La divinización del poder está en la base de todo régimen totalitario", escribió el portavoz cultural de Putin, Mikhail Shvydkoi, en el diario estatal Rossiiskaya Gazeta. "Esperemos que la mitología soviética sea cosa del pasado y no vuelva a ser realidad nunca más", añadió.

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