Los arqueólogos Joseba Ríos y Diego Garate han descubierto pinturas rupestres en la cueva de Lumentxa en Lekeitio (Bizkaia). En concreto, se trata de dos bisontes y una cabeza de caballo en rojo, imágenes representativas que se asocian con la actividad artística del Magdaleniense Reciente (hace 12.000 años) en el área cantábrico-pirenaica.

La diputada vizcaína de Cultura, Miren Josune Ariztondo, y los arqueólogos Diego Garate y Joseba Ríos han sido los encargados de presentar el hallazgo que, según han destacado, resulta de especial interés por su localización en la comarca de Lea-Artibai, en la que, a pesar de la abundancia de yacimientos de esta cronología, se desconocían hasta el momento manifestaciones artísticas de esta naturaleza.

Los hallazgos fueron descubiertos por Diego Garate y Joseba Ríos en el año 2012 y desde entonces se han realizado las pertinentes investigaciones sobre los nuevos hallazgos. Lumentxa es el segundo yacimiento vizcaíno en importancia tras Santimamiñe, por su amplia secuencia y su grado de conocimiento.

La cueva presenta varias estancias sucesivas más o menos delimitadas por el cambio de orientación de la galería principal y por formaciones calcíticas que estrechan o dificultan el paso de unas a otras.

Según han detallado, el estudio del arte parietal paleolítico realizado en la cueva de Lumentxa ha permitido identificar un pequeño conjunto de grafías que responden a dos patrones distintos: por un lado, un panel decorado con figuras animales de gran tamaño y, por el otro, manchas y puntos dispersos por toda la cueva.

La selección del panel que contiene las representaciones de dos bisontes y un caballo está completamente condicionada por el propio soporte elegido que ha motivado las características de las figuras. Según han precisado, el lienzo se sitúa en una sala lateral conformada por los grandes bloques desprendidos, generando un recinto bien delimitado y al margen del eje principal de tránsito.

Los dos bisontes han sido realizados de tal manera que la línea cérvico-dorsal viene indicada por el límite superior del bloque, de forma tan expresiva que el autor ni siquiera lo ha remarcado con pintura. En el caso del caballo, la línea frontal discurre en paralelo al borde del bloque.

Por su parte, los temas no figurativos, es decir, las manchas, puntos y líneas, presentan una distribución mucho más regular por toda la cueva, tanto en espacios principales como secundarios e incluso de acceso ligeramente complicado. Además, una amplia mancha de ocre sobre el suelo de una de las plataformas que conforman los grandes bloques desprendidos y las manchas en las paredes de su entorno, todo en el fondo de la cavidad.