Bambalina Teatro y Adriana Ozores presentan este fin de semana "Petit Pierre", un poema de amor a la vida

Bambalina Teatro y la célebre actriz Adriana Ozores presentan este viernes y sábado, 23 Y 24 de mayo, a las 21.00 horas, en el Teatro Arbolé de Zaragoza, la obra "Petit Pierre", un poema de amor a la vida.
Imagen de la obra Petit Pierre
Imagen de la obra Petit Pierre
TEATRO ARBOLÉ
Imagen de la obra Petit Pierre

Bambalina Teatro y la célebre actriz Adriana Ozores presentan este viernes y sábado, 23 Y 24 de mayo, a las 21.00 horas, en el Teatro Arbolé de Zaragoza, la obra "Petit Pierre", un poema de amor a la vida.

Este espectáculo, dirigido al público juvenil y adulto, inaugurará en este escenario el Festival Sin Fronteras, y el precio de la entrada es de 18 euros, que se reduce a 15 euros en venta anticipada y bonificada.

La actriz Adriana Ozores ha regresado al teatro después de tres años de ausencia en las tablas, y lo ha hecho de la mano de la compañía Bambalina Teatro y del director Carles Alfaro, protagonizando una conmovedora historia real, la de Petit Pierre, un ser asombroso cuya vida y obra ha emocionado a miles de personas.

Adriana Ozores se convierte así en la contadora de la historia de Pierre Avezard (interpretado por Jaume Policarpo), un granjero francés discapacitado que durante 40 años elaboró un mundo paralelo, aislado de las tremendas convulsiones que sacudieron la Europa del siglo XX, y poblado por pequeños seres de hojalata articulados que giran en torno a un enorme carrusel, que todavía hoy se puede contemplar en los campos franceses.

Pierre consiguió así distanciarse de las tragedias de su siglo y adentrarse en una percepción de la naturaleza muy distinta. A través de una mirada pura, infantil, e inocente que no ingenua, se obsesiona desde niño por el engranaje, por el movimiento de los objetos.

INVENTIVA

Comienza así a recoger piezas que se suponen inútiles, como el ala de un avión estrellado en el campo, y las va transformando poco a poco hasta crear ese fantástico carrusel. Es el sueño de un chatarrero fabricado con objetos desechados, una construcción genial, cuyo complejo mecanismo los ingenieros de la época no lograron explicar.

Su creación, una instalación mecánica que fascina, tanto por la combinación de personajes como por las invenciones y engranajes que los animan y se ha convertido en un gran poema de amor a la vida.

Cada primavera la mostraba orgulloso a todo aquel que quisiera acompañarle y él mismo la hacía funcionar como una auténtica prolongación de su cuerpo.

La autora de la obra, la canadiense Suzanne Lebeau, es una mujer consagrada al teatro desde su juventud y sus obras suponen una decidida y arriesgada propuesta de renovación del lenguaje y los contenidos dirigidos al público juvenil.

Pierre Avezard, Petit Pierre (1909-1992), nace antes de lo previsto, "sin terminar", como decía él mismo. Medio ciego, casi sordo y mudo, no aprendió jamás a leer ni a escribir. A los siete años le obligan a dejar la escuela para convertirse en pastor.

Arte pobre

Respecto a la puesta en escena, todo gira en torno a un gran carrusel que imita al de Petit Pierre. Está en medio del escenario y rueda al hacer girar unos pedales de bicicleta.

Arte pobre. Hecho y rehecho. Todo se aprovecha. La obra de Petit Pierre, en sí misma ya contiene una gran riqueza iconográfica y simbólica que puede nutrir enteramente el montaje, han indicado desde Teatro Arbolé.

Sobre la obra, que es una adaptación de la escrita por la dramaturga canadiense Suzanne Lebeau, Carles Alfaro afirma que "es toda una fábula, una metáfora de los tiempos que vivimos".

Mientras el mundo gira en sus momentos más horribles —parte de la historia sucede durante la II Guerra Mundial—, Petit Pierre se centra en su juego giratorio, una "máquina poética de belleza singular" que pone a disposición del público, a pesar de que son esas mismas personas las que le marginaron por su minusvalía.

"Esta obra es, por tanto, una evidencia de la horrible capacidad de nuestra sociedad para margina a todo aquel que no es considerado "normal", y una oda a la generosidad, nobleza, amor y gratitud del protagonista". Pero el director de la obra matiza, que no se trata de un drama para puntualizar que "si se considera un drama, habré fracasado. Odio el drama, me parece insoportable; la vida no es así".

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