Solo el 55% de mujeres vuelve a su viejo horario laboral tras tener un hijo frente al 100% de hombres

  • El 7% de las españolas acaba renunciando a volver del todo y un 3% pierde su empleo, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo.
  • La OIT constata en España "tácticas de presión" y acoso a trabajadoras embarazadas y madres recientes para inducirlas a renunciar de su empleo.
  • Investigadores claman por medidas que incentiven la participación de los hombres en el cuidado de los menores para neutralizar la "penalización maternal".
Un bebé en la cuna de un hospital.
Un bebé en la cuna de un hospital.
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Un bebé en la cuna de un hospital.

La igualdad de derechos entre hombres y mujeres, consagrada por la Constitución Española, está lejos de alcanzarse. Al menos en lo que a relaciones laborales se refiere. Y es que mientras el 100% de los varones que han tenido un hijo consiguen regresar al trabajo y recuperar su anterior horario y jornada a tiempo completo, en el caso de las madres apenas el 55% de ellas lo logran, según datos del informe Maternidad y paternidad en el trabajo, publicado este martes por la OIT y centrado en el análisis de la discriminación laboral por el hecho de decidir tener un hijo.

Poco más de la mitad de las mujeres vuelven al trabajo y al horario que tenían antes de dar la luz, tal como reflejan las estadísticas elaboradas por la Organización Mundial del Trabajo. El resto de madres, o bien regresan a su antiguo trabajo con un contrato a tiempo parcial o reducción de jornada (35%), o bien renuncian a trabajar siquiera (7%). Además, al menos un 3% de ellas pierde su empleo una vez iniciada la maternidad. Los datos son fruto de una encuesta realizada a finales de 2012, por lo que no es posible compararlos con otros años.

A pesar de los evidentes pasos adelante que se han dado para reducir la desigualdad (trabajadores temporales y autónomos incluidos en las ayudas de maternidad, por ejemplo), los investigadores constatan que las empresas siguen penalizando a las mujeres por el hecho de tener hijos y cuidarlos. Es lo que Laura Addati, coautora de este estudio, llama "penalización maternal": El hecho de que algunos empresarios optan por contratar o promocionar antes a los hombres ante la previsión de que una trabajadora pueda entrar en el ciclo de la maternidad (embarazo, lactancia...).

Presiones y conflictos

En España, aunque la baja maternal está "muy protegida" por un Tribunal Constitucional "implacable", lo cierto es que la experiencia cuenta que "la discriminación y el acoso se producen antes incluso del embarazo y a la vuelta de la maternidad, con conflictos sobre la reducción horaria, los permisos y las excedencias", tal como relata Almudena Fontecha, responsable de Mujer del sindicato UGT. Según sus datos, el número de permisos totales ha descendido, si bien la causa principal es la caída general de la natalidad. "Tiene que ver con las dificultades económicas, y con que ante un bien tan escaso como es el trabajo, relegues la maternidad".

Los problemas no se acaban ahí. De hecho, la OIT ha recabado informes que señalan que en España se llevan a cabo con frecuencia "tácticas de presión" y mobbing por parte de los empleadores con el fin de que las embarazadas y madres recientes desistan de su empleo. "En España estas prácticas están extendidas, con mujeres que dicen haber sufrido acoso durante su embarazo o presiones para dimitir". Y se han agravado por la crisis, tal como refleja el informe (página 74).

Una de las causas de la brecha salarial

La llamada penalización maternal explicaría en parte la brecha salarial y el techo de cristal de las mujeres  La penalización afecta a las mujeres no solo durante el embarazo, sino también durante los primeros años de vida de los hijos. "El empresario" —resalta Fontecha— "se pone la venda antes de que se produzca la herida: En la elección a la hora de contratar, opta por fórmulas que puedan extinguir la relación laboral por una causa distinta a la maternidad. O pregunta en una entrevista laboral a la joven aspirante si tiene pareja e intención de tener hijos", concluye.

"Los estudios demuestran que la penalización maternal es una de las causas que provocan la desigualdad salarial, tanto por causas objetivas como discriminatorias. También explicaría la menor proyección profesional de las mujeres y el llamado techo de cristal", señala Addati, para quien este problema se ha de solucionar con políticas que incentiven u obliguen a los hombres a tomar también un periodo para cuidar de los menores y así romper la visión social de que son ellas las que se han de ocupar de los hijos.

"No queremos que los padres tengan que elegir. En muchos de los países más avanzados se ha entendido que para incrementar la tasa de actividad y fomentar el crecimiento económico hay que facilitar el acceso de las mujeres al mercado laboral", asegura Addati. Entre las medidas propuestas por los investigadores de la OIT están, por ejemplo, el reparto obligatorio de libranzas entre padre y madre para el cuidado de los niños durante la baja de maternidad. Actualmente España concede 16 semanas remuneradas por este motivo, lo que la sitúa en el rango bajo entre los países desarrollados (ver mapa más abajo).

Mapa de los permisos por maternidad, por países (OIT).

Medidas como ésta se han aplicado en países como Alemania o Portugal. Se trata de bonificar la presencia de los hombres en el cuidado de los hijos: Si el padre se acoge a una licencia remunerada de dos meses, la Administración le regala otros dos meses más. Esta medida ha tenido éxito entre los alemanes, tras su implantación en 2007: "Desde entonces el porcentaje de papás que han pedido licencia ha pasado de un 3% a un 28%. Y de éstos, el 80% solicitan el permiso remunerado de dos meses extra", reconoce esta investigadora.

"Los días obligatorios son una medida que funciona. Se necesita un incentivo para cambiar la realidad". En los países nórdicos, con este tipo de iniciativas, se ha ido rompiendo poco a poco con los estereotipo de que la mujer es quien se encarga del cuidado de los menores. Así, a pesar de que siguen siendo los que mayoritariamente solicitan los permisos por maternidad, "en Suecia los padres ya reclaman el 20% de las horas totales de baja, mientras que en Islandia la cifra asciende hasta el 33%", informa Addati.

Más y mejores guarderías

Otra de las propuestas imprescindibles pasa por la puesta en marcha de amplios servicios de cuidado infantil similares a los que hay en los países escandinavos: "Esto permite a las madres volver más fácilmente. Gracias a tener buenas guarderías y a una legislación que permite la conciliación la participación de las mujeres en el mercado laboral es mayor", explica.

Y es que los servicios públicos para el cuidado de niños tienen la finalidad de "reducir la brecha que se produce entre el fin de la licencia remunerada y cuando empieza el derecho a una educación pública y gratuita, en párvulos. Ahí, durante ese periodo, se produce el problema ya que la mujer habitualmente tiene que reducir su tiempo de trabajo para cuidar al hijo", reconoce Addati, que habla de posibilitar un continuum de la asistencia infantil.

"Si eres madre ya no te consideran igual"

El caso de E. G. (publicista, 37 años) es el de otras tantas mujeres que se han visto empujadas a elegir entre su carrera y sus vástagos. "Cuando tuve a mi primer hijo conseguí inicialmente proseguir en mi puesto de trabajo. No tenía jornada reducida, pero me cambiaron el horario para que pudiera salir a las cuatro", recuerda. En su caso, a pesar de que fue reincorporada, ya nunca fue igual: "Desde entonces escuchaba cosas como que tras un embarazo lo normal es incorporarse a los dos meses, o que coger la baja de lactancia perjudica la proyección profesional", explica.

E. G. vivió entonces una época marcada por una mayor exigencia: "Tienes que estar siempre demostrando tu valía". Si bien, tal como rememora, su implicación era tal que llegó a romer aguas y ponerse "de parto en la oficina". En su opinión, el problema principal estriba en la poca implicación de las empresas con la maternidad, lo que conlleva que en la práctica haya problemas para ejercer este derecho: "Por ley se puede pedir la baja por maternidad y la jornada reducida, pero en la práctica supone un parón y un freno a tu carrera", opina.

"Te miran más con lupa y ya no te consideran igual, sino como una persona que está beneficiándose de algo. No son represalias, sino que tienes que estar siempre justificándote y demostrando lo que vales", indica. Tal fue la presión y la exigencia de su trabajo que E. G. finalmente decidió aparcar su empleo de publicista: "Tenía claro que no iba a volver a casa a las nueve de la noche, y aquello no era compatible con lo que me pedían".

La baja por paternidad extendida, en el congelador

En la línea de lo que reclaman académicos y economistas, los legisladores españoles habían previsto en 2007 incrementar el permiso remunerado por paternidad, desde dos hasta las cuatro semanas. Pero esta medida se aparcó por culpa de la crisis económica. Expertos como Laura Addati apuntan a recuperar esta regulación como forma de ayudar a la recuperación del mercado laboral e incrementar las tasas de actividad (personas dispuestas a trabajar) y ocupación (personas trabajando).

La cancelación de la ampliación del permiso de paternidad "vino acompañada de un recorte en las ayudas directas por nacimiento de hijos [el llamado cheque-bebé]", tal como inciden los investigadores de la OIT, lo que supuso una dificultad añadida a la hora de planificar la conciliación de un núcleo familiar.

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