El papa Juan XXI, un 'pontífice médico' que ofreció recetas para mejorar el sexo

  • El libro 'Tesoro de los Pobres' ha sido atribuido al papa Juan XXI (escrito antes del pontificado, que se remonta al s. XIII).
  • Contenía dos secciones dedicadas al coito.
  • Entre los consejos, comer testículos de tejón y untarse bilis de jabalí en el pene para mejorar el sexo.
  • Historiadores señalan que no era extraño que papas formados en el aristotelismo en esta época hablaran de estos temas, la obsesión por el celibato llegó después.
Retrato del papa Juan XXI fechado en el siglo XIX.
Retrato del papa Juan XXI fechado en el siglo XIX.
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Retrato del papa Juan XXI fechado en el siglo XIX.

Hoy resultaría impensable pensar en el jefe de la Iglesia católica como consejero para mejorar el placer en las relaciones sexuales, pero lo cierto es que el pasado sí lo hubo. Fue Juan XXI (nacido en 1215 y nombrado papa en 1276), quien durante su vida anterior al pontificado (cuando era conocido como Pedro Hispano) recibió formación académica en medicina y escribió varios libros, uno dedicado a ofrecer una serie de remedios para mejorar el placer en el sexo, tal y como cuentan desde Materia.

Su libro más célebre fue el Tesoro de los Pobres, un libro de alrededor de 1270 con recetas para elaborar supuestos medicamentos simples y baratos. En él había dos secciones dedicadas al coito: una sobre cómo mejorar el acto sexual y otra sobre cómo contener las urgencias sexuales.

El historiador de medicina de la Universidad de Kentucky Charles Ambrose ha estudiado a fondo el libro y ha analizado a fondo dichas secciones. La sección De coitu excitando es una guía sexual sólo para hombres, donde se recomendaba una lista de plantas y otras sustancias (que podrían bautizarse como la antigua Viagra) que ayudarían excitar a estos. La otra sección, De coitu prohibendo, suponía lo contrario, una serie de remedios para aplacar el furor sexual de los hombres que intentaban mantener el celibato.

Remedios llamativos

El libro ofrecía 17 recetas para mejorar el coito. Comerse los testículos de un tejón era especialmente útil para corregir una libido débil. Ingerir la médula ósea de una pantera prolongaba el apetito sexual. Otra medida implicaba ponerse sobre la tercera vértebra del cuello una piedra sacada de las tripas de un gallo. Y otra hablaba de introducirse hierbas aromáticas en el recto para estimular el coito. Incluso uno de los remedios, untarse en el pene bilis de jabalí, se prescribía para dar más placer a la mujer.

Estas guías médicas medievales iban ganando capítulos con el paso de los siglos. Cada copista, cada editor, podía añadir nuevas páginas. A comienzos del siglo XX, el experto en historia de la ciencia medieval Lynn Thorndike estudió diferentes versiones del Tesoro de los Pobres y señaló que su número de secciones creció desde las 52 de un manuscrito del siglo XIV a las 105 de una edición de 1530. Pero las secciones dedicadas al sexo estaban allí desde el principio, escritas por la pluma del futuro papa Juan XXI.

No era algo extraño entonces en un papa

"No es nada extraño que un papa formado en el aristotelismo en esta época hablara de estos temas, porque el comportamiento sexual se abordaba entonces con bastante libertad. La obsesión por el celibato es un artefacto posterior", opina el historiador José Pardo, de la Institución Milá y Fontanals (CSIC), que recuerda que el papa español Alejandro VI, cabeza de la Iglesia católica entre 1492 y 1503, tenía a sus hijos viviendo con él.

La Iglesia católica no adoptó el celibato hasta el año 1123, en el primer Concilio de Letrán, y la obligación se reducía entonces al bajo clero y no todos lo cumplían. Para la alta jerarquía católica, sin embargo, no se requería esa virginidad que hoy pregonan las altas esferas de la Iglesia.

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