El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) acoge este miércoles las declaraciones por videoconferencia de varios diputados y exdiputados sobre el asedio al Parlamento catalán, unos hechos que están siendo juzgados desde el lunes en la Audiencia Nacional. La primera en testificar ha sido la diputada de CiU Annbel Marcos, quien ha explicado que cuando iba a entrar a la Cámara fue atacada por manifestantes, uno de los cuales la agarró, lo que le produjo "mucho miedo" y una "crisis de ansiedad".

Los hechos se remontan al 15 de junio de 2011, cuando una concentración convocada por el movimiento 15M ante el Parlament, que ese día iba a aprobar los presupuestos, derivó en situaciones de asedio a los parlamentarios, entre ellos el presidente Artur Mas, al que se le impidió el paso cuando viajaba en su vehículo oficial, que fue golpeado y zarandeado, como relataron el conductor y varios escoltas.

Mientras una treintena de jóvenes se ha concentrado ante el TSJC en señal de protesta por el juicio y en apoyo a los veinte acusados —uno de ellos se encuentra en busca y captura—, Marcos ha recordado que cuando iba andando con otras dos diputadas fue abordada por una multitud y agarrada unos tres minutos por un manifestante, mientras otros insultaban, lanzaban objetos y un líquido y le grababan con una cámara.

Marcos ha relatado que cuando la soltaron una patrulla policial la llevó hasta otro acceso del Parlament, donde fue asistida por una médico por crisis de ansiedad, y después fue sometida a tres electrocardiogramas, lo que le impidió seguir el pleno parlamentario, y ha recordado que tardó varios meses en superar el miedo que sintió ese día y que necesitó tratamiento para dormir.

El diputado de CiU Josep Maria Llop ha relatado que cuando iba a la Cámara con su perro guía, ya que es ciego, y del brazo de otro parlamentario, les acorralaron y les gritaron: "Sois convergentes, os vamos a matar". Se obstinó en que debía acudir al pleno sobre los presupuestos y temió más por sus compañeros que por él mismo hasta que llegó al Parlament, cuando se dio cuenta de que le podía haber pasado algo y que todo había sido como "una pesadilla y un mal sueño".

El parlamentario ha relatado que cuando pudieron salir de un portal donde los manifestantes les habían acorralado —uno de los manifestantes llegó a tirar del arnés de su perro guía— fueron a un lugar donde subió al coche en el que iba el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que el vehículo fue golpeado por los concentrados. La historia ha sido confirmada por su compañero de partido Antoni Fernández Teixidó, quien se refugió en el mismo vehículo.

Fueron conducidos a una comisaría cercana, en la que se habían refugiado muchos diputados, y se decidió que algunos de ellos accedieran al Parlament en helicóptero. Llop ha recordado que, además de Mas y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, también estaba la portavoz del PP, Alicia Sánchez Camacho, a quien se intentó convencer de que debía ir en el helicóptero pero la popular rechazó la oferta porque le daba miedo.

El también diputado de CiU Gerard Martí Figueras ha recordado que fue agredido y que se sintió acorralado aunque no ha podido identificar a ninguno de los procesados. Ha explicado que fue una situación "incómoda, peligrosa y absolutamente desagradable" y que le robaron la cartera. Pese a perderse el inicio del pleno, pudo asistir tras acceder al Parque de la Ciutadella, donde se encuentra el Parlament, en una furgoneta de los antidisturbios.

En cambio, la exconsejera Montserrat Tura (PSC), abucheada a su llegada al TSJC, ha asegurado que no sintió miedo pese a las agresiones —además de insultos y escupitajos, le pintaron la parte trasera de su gabardina— y sólo vio limitada su libertad de movimiento aunque logró acceder a pie a la Ciutadella igual que el exdiputado Joan Boada, a quien los manifestantes insultaron y lanzaron una botella de agua vacía mientras esperaba el dispositivo policial "que en teoría estaba previsto y debía protegerle" y que ha calificado de "desastre".

Boada ha admitido que si bien no estuvo tranquilo, no percibió ningún peligro aunque le insultaron y le lanzaron pintura. El exdiputado no ha podido identificar a ninguno de los acusados. "Era una masa la que protestaba y opinaba sobre lo que no creía conveniente de la actuación de los diputados", ha afirmado justificando a los indignados que rodearon el Parlamento contra los presupuestos y los recortes que incluían.

El ecosocialista ha sido uno de los tres políticos que se han desplazado a San Fernando de Henares (Madird) para declarar presencialmente. También lo han hecho su compañero de partido y exconsejero Salvador Milà y el exdiputado de Solidaritat (SI) Alfons López Tena. El primero de ellos ha asegurado que no fue objeto de ningún deilto pues al dirigirse a la Ciutadella se encontró con varias personas que le "interpelaron" de manera "correcta" y "normal" para decirle que los presupuestos eran "antisociales", que fueron aprobados ese mismo día.

López Tena ha explicado que algunas personas le hicieron la zancadilla, le robaron documentos y objetos personales y le lanzaron botellas aunque no sufrió empujones. Sin embargo, no sintió "miedo" ese día y ha recordado que ni él ni su grupo presentaron ninguna denuncia. Además, ha dicho que sólo el pleno empezó unos minutos tarde, algo que no era extraño con la presidenta de la Cámara catalana.

La Audiencia Nacional ha puesto a disposición de Boada, Milà y López Tena una traductora pero los errores gramaticales y de traducción que ha cometido ha obligado a los testigos a corregirla e, incluso, a declarar en castellano pese a tener derecho a hacerlo en su lengua materna. La traductora, por ejemplo, erraba en los tiempos verbales y en la traducción de palabras habituales.

Annabel Marcos la ha corregido media docena de veces, como Montserrat Tura, y Gerard Figueras ha optado por cambiar de idioma tras varios intentos y traducciones infructuosas. Josep Maria Llop y Antoni Fernández Teixidó han decidido declarar directamente en castellano.

Otra de las anécdotas de la jornada la ha protagonizado el magistrado Fernando Grande-Marlaska al llamar al orden al saber que en los recesos de la vista hay personas que han fumado "incluso sustancias estupefacientes" en los servicios de la sede. "Tengo quejas de que en los servicios se está fumando, incluso sustancias estupefacientes. Quiero que, en este sentido, se deje por los días que quedan y durante los días que estén aquí, quien sea, para evitar que tengamos que establecer controles de ese tipo. Que a mí no me gustan nada, se lo prometo, pero cada cosa tiene su lugar y su sitio", ha afirmado.