Una fuerte explosión registrada a primera hora de la mañana de este miércoles en Nueva York derribó dos pequeños edificios en el barrio de Harlem, a donde se trasladaron numerosas dotaciones de vehículos y servicios de rescate. En la tarde del jueves se ha confirmado un nuevo fallecimiento, con lo que la cifra de muertos asciende ya a ocho personas, mientras que otras cuatro permanecen desaparecidas.

En cuanto a los heridos, un total de 74 personas precisaron de atención médica tras el suceso. Entre ellos figuran varios en estado crítico, incluido un niño.

Por el momento las autoridades han identificado a tres de las víctimas mortales: Griselda Camacho, Carmen Tanco y Rosaura Hernández-Barrios. El Consulado de México en Nueva York ha confirmado que dos de las víctimas tienen nacionalidad mexicana.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, confirmó que el derrumbe se debió a una explosión por una fuga de gas. De Blasio precisó que las autoridades procederán a buscar entre los escombros una vez que los bomberos controlen el incendio, tras explicar que quince minutos antes de la explosión un vecino llamó a la empresa ConEdison para alertar de una fuga de gas.

Otro vecino de la zona señaló por teléfono al canal local NY1 que no había olor a gas en el momento de la explosión, aunque otros testigos han asegurado al periódico Daily News que "desde hace semanas" olía a gas.

La explosión tuvo lugar a las 9.30 horas (14.30 hora española) en la calle 116 a la altura de Park Avenue, y uno de los edificios afectados tenía pendientes 60 denuncias de las autoridades por distintos motivos, según dijo el senador estatal Adriano Espaillat.

Con motivo de lo ocurrido, se suspendió el servicio de trenes de cercanías (Metro North), ya que las vías están justo enfrente y podría haber escombros.

Las imágenes de televisión mostraban cómo los bomberos arrojaban agua desde las escaleras de sus camiones sobre la montaña de escombros, de los que salían columnas de humo y vapor. En las plantas bajas de los dos edificios derrumbados había una iglesia hispana y una tienda de pianos, y encima cuatro plantas de apartamentos, en los que vivían quince familias.

El departamento de bomberos desplazó a 39 unidades con 168 personas, mientras que la policía envió a un grupo especial de desactivación de explosivos como medida de precaución, según indicaron medios locales.