Un grupo de buceadores de la Guardia Civil especialista en lugares confinados se incorpora este miércoles a las tareas de rescate, hasta ahora infructuosas, del pesquero Santa Ana, encallado en el Cabo Peñas el pasado lunes. El capitán marítimo de Avilés y director de las operaciones de rescate, Licinio Alonso de la Torre, ha explicado que se trata de una incorporación "muy importante", dado que sea cual sea la fórmula elegida para ese rescate será necesario que unos buzos inspeccionen el estado del barco.

Alonso de la Torre ha reconocido que se trata de una operación "pensada a largo plazo", que en el caso de que obligara al arrastre el barco hacia la costa, podría prolongarse por espacio de dos meses, aunque se confía en que los buzos puedan acelerar la operación. Los buzos de Salvamento Marítimo han podido sumergirse este martes por vez primera pero, el estado turbio del mar, ha impedido hacer un reconocimiento del casco y del estado del barco en general, donde se cree que se hallan los seis marineros desaparecidos.

No obstante, según ha explicado Alonso de la Torre, se ha podido comprobar que el barco está en posición vertical, con su popa anclada en el fondo y la proa a lo alto, haciendo un efecto "muy peligroso para el buceo de cono o peonza". Pese a la incorporación mañana de este grupo especial de la Guardia Civil, posiblemente no sea posible una operación de inmersión hasta el jueves, debido a las previsiones del tiempo, aunque no se descarta que sea mañana mismo.

Por otra parte, el director del operativo ha indicado que el barco que se fue a pique llevaba a bordo 15.000 litros de gasoil, que es un carburante volátil que no amenaza con una contaminación apreciable, y unos 200 litros de aceite, que estaría ya diluido. Las labores de búsqueda de los seis tripulantes desaparecidos se reanudarán mañana a primera horas, tras haber quedado suspendida hoy con la caída de la noche.