El caso de Connor McCreaddi, el niño al que los servicios sociales británicos estuvieron a punto de separarle ayer de su madre debido a su espectacular sobrepeso -89 kilos con sólo ocho años- no ha dejado indiferentes a las asociaciones que trabajan con temas relacionados con la obesidad.
Así, la presidenta de la Asociación Obesidad Fmailia y Entorno (ASOFE), Berta Piñol se mostró hoy totalmente en contra de que a Nicola McKeown le quitaran la custodia de su pequeño por una presunta negligencia materna en cuestiones de alimentación.
"Desde mi punto de vista, como madre, no está bien; incluso puede ser peor para el chico", declaró a 20minutos.es.
Según Berta Piñol, el problema no reside totalmente ni en la madre ni en el niño, "sino en el Gobierno británico".
"Tenían que haber dotado a la madre de un psicólogo, porque ella no tiene la culpa de no tener la información necesaria para solucionar el problema de Connor", añade.
La máxima representante de ASOFE se escuda en su experiencia como madre y alega que "ser la mala de la película cuesta mucho", por lo que hay es necesario saber qué hacer para alimentar bien a los hijos.
"Mis hijos tienen tendencia a coger peso y me paso el dia haciéndoles trampas. Por ejemplo, yo les pongo la ensalada en la mesa cuando llegan del colegio, siempre antes de tener el resto de la comida preparada. Cuando ésta está terminada, ya se han quitado el hambre voraz con la lechuga", explica.
Asimismo, Berta Piñol denuncia que a Connor "le han tenido que ver muchos pediatras a lo largo de su vida y nadie ha hecho nada", motivo más que suficiente para no cargarla ahora a ella con todas las culpas.
Es psicólogo es la solución
Ayuda psicológica. Esa es la solución. Pero no para uno, sino para los dos. "La ayuda psicológica es igual de importante que la del endocrino, y sobretodo en los niños".
La experta ve en el problema de Connor un error de apreciación, ya que su obesidad no radica solamente en el hecho de comer en exceso, sino en que "no tiene una vida normal, no se relaciona... y además los obesos tendemos a sentirnos culpables".
En este sentido, Piñol relata que ella "pesaba 187 kilos" y sus hijos no querían que les llevara al colegio porque el resto de niños se reían, un problema que "con mucho diálogo, amor y seguridad" consiguió enseñarles a superar, hasta que ellos, por sí mismos, terminaron por desarmar a quienes les humillaban".
"Decisión drástica" para la SEEDO
"Evidentemente es durísimo, es una decisión muy drástica, pero en caso de que hubiera negligencia por parte de la madre habría que hacerlo, ya que hablamos de un niño con un problema de salud grave y unas expectativas de futuro muy difíciles", concluyó.
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