¿Es posible montar un casino con fines no lucrativos? La experiencia demuestra que sí, y que además puede llegar a ser un proyecto de éxito. En pleno mar Báltico y a medio camino entre Suecia y Finlandia está el archipiélago de Åland, un conjunto de 6.757 islas de bandera finesa y en las que sus poco más de 28.500 habitantes hablan sobre todo el sueco. Es ahí donde encuentra acomodo, desde su creación, una de las mayores casas de apuestas de Europa.
Desmilitarizada y con un nivel tan alto de autogobierno (tienen su propio parlamento regional) que incluso les permite imprimir sus propios sellos, Åland goza de una tasa de desempleo del 3,1%, con la mayoría de la población dedicada a los servicios públicos, a los viajes y al transporte, y presumen de una universidad de ciencias aplicadas en la que estudian apenas 525 personas. Pese a formar parte de la Unión Europea, su peculiar industria del juego se mantiene gracias a que las islas están fuera del sistema tributario europeo.
Paf, fundada en 1966, fue la solución inventada por un grupo de organizaciones benéficas de la isla de Åland para "maximizar la cantidad de dinero que podían generar para causas benéficas", según destacan en su propia web. Lograron una licencia de juego para ejercerlo en situación de monopolio en la propia isla y, desde entonces, destinan sus beneficios íntegros para que el Gobierno autónomo de esa región los distribuya en "buenas causas".
Representantes sociales y políticos
¿Quién y cómo decide en qué se emplearán los millones destinados a causas sociales? La respuesta, la dan los portavoces de Paf: "Una junta de asignación independiente se encarga de decidir los proyectos y asociaciones (...) está formada por representantes de diferentes asociaciones (entre ellas Cruz Roja y Save the Children), un representante del Gobierno de Åland y otro de Paf", indican.
Las prioridades de este gasto social son claras: "Luchar contra la exclusión social", articulada en tres ámbitos distintos: pobreza, discapacidades y enfermedades. Los habitantes de Åland —que son considerados finlandeses desde 1921, tras una disputa con Suecia— llevan más de 40 años disfrutando del dinero del juego legal. Solo en 2012, la casa de apuestas destinó sus 20 millones de euros de beneficios a causas sociales: 1,3 millones de euros a actividades culturales, 2,2 millones a actividades sociales, 400.000 euros para la construcción de un geriátrico...
En España esta peculiar casa de apuestas también destina fondos para fines sociales. Esta organización sin ánimo de lucro "ha colaborado activamente con la Fundación Atlético de Madrid y también con la Fundación de la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Así con la fundación vinculada al club colchonero colaboraron económicamente en 2008 con un proyecto (Hogar de Raquel) en la ciudad argentina de Rosario.
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