La Guardia Urbana de Barcelona empezará de forma "inminente" a patrullar en la zona del Port Vell de la ciudad para hacer cumplir la ordenanza sobre civismo, que entró en vigor en enero del año pasado, y evitar, especialmente, la presencia del 'top manta', según anunció hoy el alcalde Jordi Hereu. Hasta el momento, la zona del Port Vell, al no ser competencia de la Guardia Urbana, se había convertido en refugio para los vendedores ambulantes.

"Las normas de toda la ciudad también en el Port Vell, que es de uso ciudadano, se podrán en práctica", por lo que "las personas que paseen por esta zona ya no tendrán este barrera imaginaria", explicó Hereu, quien calificó de "lógico" y "normal" este "paso adelante", que se produce con este acuerdo.

Por su parte, Valls aseguró que "nadie renuncia a sus competencias", en alusión a la Guardia Urbana y a la Policía portuaria, "sino que las ponemos al servicio de resolver un conflicto".

Cuestión de competencias

La policía portuaria no podía controlar la presencia de 'top manta', ya que no tenía competencias para hacer efectiva la ordenanza y carecía de recursos.

Hereu aseguró que aunque el control de la venta ambulante sea la medida "más llamativa", la Guardia Urbana "también hará cumplir el resto de ordenanzas.

El convenio que regula la acción coordinada entre la Guardia Urbana y la policía portuaria tiene su antecedente en la colaboración con la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra en la zona del Port Vell de la capital catalana.