Petrenko lamenta que la falta de previsión económica pueda dificultarle "encontrar un hueco" para dirigir a la OSCyL

Asegura que el 'Caballero de la rosa' de Strauss es "una de las grandes obras" y aplaude el entusiasmo de los 310 coralistas del Extraordinario

El director invitado de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) Vasily Petrenko ha lamentado este jueves que la "falta de previsión económica" por parte del Ejecutivo regional pueda dificultar que encuentre "un hueco" para ponerse al frente de la formación la próxima temporada.

Petrenko, en una entrevista concedida a Europa Press, ha considerado que la Junta debería "garantizar la financiación" para tres años, y no uno, a lo que ha añadido que cuando ya se puede contar con la partida, "es demasiado tarde". "En la Orquesta necesito seguridad, poder creer en el futuro... la orquesta mejora cada día pero no sé lo que va a pasar", ha reconocido antes de referirse al "estrés" que provocan en las orquestas situaciones de esta naturaleza.

A su juicio, una buena labor de dirección requiere programar los conciertos con antelación y su temporada 2014 está "completa"; de hecho, tal y como ha avanzado, se encuentra ya inmerso en la temporada de 2016 y 2017 por lo que, ha advertido, cuando las instituciones buscan a los directores ya sólo pueden optar a los que se encuentran "disponibles" aunque "disponibilidad no significa siempre buena calidad".

Petrenko ha lamentado este hecho, pues a "ninguna orquesta" le gusta trabajar con un titular que no se encuentre "al mismo nivel" mientras que para los músicos es "algo destructivo" ya que un director no sólo trabaja con personas en un proceso que implica, además, gran concentración.

Así, planear conciertos con la OSCyL resulta "difícil", lo que a su juicio es una "pena" porque se trata de una "fantástica" orquesta con la que mantiene además una relación muy "buena" tras siete años como director invitado.

En el ámbito de incertidumbre actual, la cultura es una "gran máquina" para la economía pues genera empleos y turistas, tal y como ha apostillado Petrenko, quien además ha advertido del "poco tiempo" que se tarda en perder el nivel cultural de la sociedad y "lo mucho" que requiere ganarlo.

"la orquesta es un prestigio"

Por todo ello, el director ruso ha insistido en la necesidad de obtener una "mínima" garantía para "al menos" mantener ese nivel, ya que las orquestas son "siempre muy caras" aunque constituyen un elemento de "prestigio" para la Comunidad en este caso.

En este sentido, ha defendido el "nivel muy alto" de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León que, como todas las orquestas, siempre puede "mejorar", algo que en su opinión hace "día a día".

La OSCyL, según el director, natural de San Petersburgo, cuenta con "fantásticos solistas", especialmente en viento metal, cuyos músicos podrían incorporarse a filarmónicas "tan grandes" como las de Berlín o Chicago.

En el contexto de las otras dos orquestas con las que trabaja —Filarmónica de Liverpool y Oslo— la OSCyL luce, como las otras dos, "una cara diferente", de modo que, por ejemplo, en la inglesa encuentra "mucha tradición y emoción" en sus notas musicales mientras que la noruega, con la que sólo ha compartido una temporada, presenta "una mentalidad diferente, más profunda y calmada" a la par que "mucha pasión".

Concierto extraordinario de navidad

En su primer concierto al frente de la Orquesta Sinfónica de la Comunidad esta temporada, Petrenko dirigirá a doce coros de Castilla y León que interpretarán villancicos populares a cargo de Jordi Casas en el Concierto Extraordinario, en el que además conducirá a la OSCyL en su interpretación de la 'Suite del caballero de la rosa' de Richard Strauss.

La de Strauss es, en su opinión, "una de las mejores" obras, un "milagro" y una música "maravillosa" que trasluce una historia de amor, sexo y vida que invita a reflexionar sobre el cambio de mentalidad que han sufrido las generaciones a lo largo de los años.

Además, con esta elección el director ha aprovechado para conmemorar el 150 aniversario del compositor alemán, cuya obra es "un placer" escuchar en manos de la OSCyL. Además, luce el "cierto carácter alegre y navideño" que le confieren sus vallses y posee un matiz "filosófico" que, junto a las canciones populares, conforma un concierto "muy completo".

En cuanto a los villancicos, Petrenko ha señalado que los españoles se alejan "mucho" de los rusos, en los que prima la religiosidad y por ello no son "tan alegres".

Las canciones populares se interpretarán a cargo de los coros de Castilla y León, de quienes Petrenko ha aplaudido su entusiasmo, al tiempo que ha explicado que no es la primera vez que dirige una concierto con más de 300 coralistas ya que tuvo ocasión de interpretar el 'Requiem' de Verdi con más de 500. Sin embargo, ha apostillado que no se trata de "cantidad" sino de "calidad".

Los coros que participarán en el recital son Capilla Clásica, Musicalia, Támbara, Audi Nos, Coro Piccolo, el Coro de la Universidad de Valladolid, Coral Valparaíso, Coro Matices, Coro Discantus, Coro Íscar, Coro de la Enseñanza y Coro Harmonía e interpretarán 'La 'Marimorena', 'Gatatumba', 'Adeste fideles' y '¡Ay, del chiquirritín!', todos ellos con arreglos de Albert Guinovart.

Asimismo, el repertorio incluye 'Aires de Navidad', recreación orquestal de los villancicos 'El tamborilero', 'My first Noel' y 'Les anges dans nos campagnes', que se estrenará en el Centro Cultural Miguel Delibes y está dedicada al director del concierto.

"oportunidades" para el arte clásico

Vasily Petrenko ha ensalzado las posibilidades que ofrecen la música y el arte clásico para "descubrir", especialmente en el caso de los jóvenes, quienes a su juicio no escuchan música clásica "probablemente como símbolo de protesta hacia sus padres", que sí la escuchan.

Es por ello que, ha señalado, la juventud debería dar al menos una "oportunidad" al arte clásico aunque luego les guste o no, lo que "ya depende de la personalidad de cada uno".

El silencio y la naturaleza son los únicos sonidos que al director le gusta escuchar tras horas subido en el podio, con la melodía resonando en su cabeza durante días... porque, ajeno a la música en su tiempo de ocio, es sólo un nuevo repertorio, el del siguiente concierto, el que le obliga a cambiar el "chip".

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