Fuente Cisneros es un nuevo barrio de Alcorcón de 1.100 viviendas situado al otro lado de la M-50, junto al casco urbano de Móstoles. Administrativamente depende del primer municipio, pero la mayoría de los vecinos hacen su vida en el segundo.
Desde las ventanas de sus recién estrenados pisos, los residentes de Fuente Cisneros disfrutan de las vistas del parque Prado Ovejero, una extensa zona verde. Sin embargo, el recinto está vedado para ellos.
2,5 metros de altura
Una valla metálica (2,5 metros de altura y unos 600 de longitud), reforzada en algunos tramos con un murete de hormigón, les impide el acceso.
"Es absurdo. Lo tenemos aquí al lado y no nos dejan usarlo", lamenta Tomás Ferreras, vocal de la asociación de vecinos.
Lejos de acceder a sus demandas, Móstoles tapa cada agujero que los alcorconeros abren para cruzar ‘ilegalmente’ la frontera, según los afectados. Los residentes reclaman al Ayuntamiento de Móstoles que sea comprensivo y no lleve tan a rajatabla los límites administrativos. Éste, sin embargo, se niega.
La asociación de vecinos, que ha pedido la mediación del Ayuntamiento de Alcorcón, la Comunidad y hasta del Defensor del Pueblo, reclama también a Móstoles que mejore sus accesos al barrio.
La Corporación de Móstoles, por su parte, se limita a argumentar que "Fuente Cisneros es un problema de Alcorcón".
Ciudadanos en tierra de nadie
Los vecinos han constatado que vivir en la frontera de dos municipios es como no pertenecer a ninguno. Eso al menos es lo que han notado antes que los habitantes de Fuente Cisneros los de Covibar, urbanización que en 2004 Madrid cedió a Rivas, mediante un acuerdo entre ayuntamientos; o los de la calle Santiago, cuyos números impares son Coslada y los pares, Madrid.
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