El amor, la violencia, la soledad o la intriga son algunos de los temas de los libros más destacados de 2013, con títulos como Y las montañas hablaron, de Hosseini; La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Dicker; El héroe discreto, de Vargas Llosa, o Intemperie, de Jesús Carrasco.

El año que se va ha sido, a pesar de la crisis y el descenso de ventas, un tiempo de buenas novelas, en contra de algunos agoreros que pronostican la muerte de este género, y a los libros citados se pueden añadir Los años de peregrinación del chico sin color, de Haruki Murakami; Canadá, de Richard Ford; El muñeco de nieve, de Jo Nesbø, y Los ingenuos, de Manuel Longares.

Y también, dos libros de ensayos esperados y muy bien acogidos: Todo lo que era sólido, de Antonio Muñoz Molina, y En cuerpo y en lo otro, de David Foster Wallace.

El regreso de Mario Vargas Llosa a la novela después de recibir el Premio Nobel era muy esperado y lo ha hecho este año con El héroe discreto (Alfaguara), una historia de chantajes, venganza y codicia desmedida en la que reivindica la cultura como arma para luchar contra la barbarie.

La última novela del autor afgano, afincado en Estados Unidos, Khaled Hosseini, Y las montañas hablaron (Salamandra), ha sido otro de los libros importantes del año.

Tras el enorme éxito de Cometas en el cielo o Mis soles espléndidos, Hosseini toma como excusa la dura decisión de una humilde familia que vende a uno de su hijos para salvar al resto de sus miembros y habla de varias generaciones y diferentes momentos históricos de Afganistán.

La verdad sobre el caso Harry Querbert (Alfaguara), del escritor suizo Jöel Dicker, ha sido un fenómeno editorial traducido a 33 idiomas. Todavía hoy ocupa los primeros lugares de las lista de los libros más vendidos.

Dicker traza una trama llena de enredos protagonizada por el joven escritor norteamericano Marcus Goldman, quien en su exitosa novela implica a un hombre llamado Harry Querbert.

Y otra vez Haruki Murakami ha conseguido con su última novela, Los años de peregrinación del chico sin color (Tusquest), el éxito de crítica y público con una novela sobre la búsqueda de los sentimientos ocultos durante largo tiempo. Todo ello en la atmósfera casi hipnótica del autor japonés.

Jesús Carrasco, con su primera novela Intemperie (Seix Barral), Libro del Año para los Libreros de Madrid, también ha incorporado aire fresco al panorama literario español, mediante una obra situada en un lugar sin nombre, pero en un tierra de campo, duro y ancestral, sobre la soledad y la compasión.

Canadá (Anagrama), del narrador estadounidense Richard Ford, ha visto la luz este año y ya ha sido considerada como una de las grandes novelas del siglo XXI por John Banville. Una novela sobre la pérdida de la inocencia, los lazos familiares y el camino hasta alcanzar la madurez.

La novela negra, que sigue gozando de una excelente salud, ha tenido este año un libro destacado, El muñeco de nieve, del noruego Jo Nesbø, una historia "noir" muy compleja y terrorífica sobre unos crímenes en cadena.

Manuel Longares, el escritor que celebra Madrid, como ya lo hiciera Galdós o Umbral, en su último libro, Los ingenuos, traza con su estilete narrativo una Gran Vía en la que habla de seres buenos, ingenuos, gente sin malicia que recibe la parte mas dura de la vida.

Los ensayos, uno firmado por Antonio Muñoz Molina, premio Príncipe de Asturias este año, Todo lo que era sólido, que invita a la "rebelión cívica", y En cuerpo y en lo otro, de David Foster Wallace, con quince ensayos del escritor norteamericano inéditos en España, son otros dos libros protagonistas este año.

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