"Sin viento, mi vida no sería la misma". Esta rotunda afirmación cobra sentido pleno en la voz de Álex Pastor, malagueño de 23 años que se ha convertido en el primer español en ganar el Mundial de Kitesurf en categoría masculina, un deporte en el que con una tabla y una cometa se pueden alcanzar saltos de más de 15 metros de altura y 20 metros de longitud. "Como no tengas las piernas bien fuertes, te explotan las rodillas", afirma con una sonrisa.

Con tan solo 14 años, Pastor fue en busca del viento de Tarifa (Cádiz), la meca del kite por sus excelentes condiciones. Practicaba windsurf con su padre y su hermano desde los 8 años, pero en tierras gaditanas lo atrapó "la espectacularidad" de este deporte. Doce meses más tarde ya sabía que quería ser "profesional" y se quedó a vivir en la Costa de la Luz. "Cuando comencé, para nada me imaginé ni soñé que iba a ser campeón del mundo. Solo lo hice por afición y por disfrutar, pero me enganchó para siempre".

Pastor ha demostrado una gran fortaleza mental, ya que había sufrido la triple decepción de ser subcampeón las anteriores tres ediciones. "El hecho de estar cada año más cerca me ha ayudado a motivarme y creer que era posible conseguirlo", explica.

"Este rider vive del kite desde hace solo cuatro o cinco años. "Antes contaba con la ayuda de mis padres y estaba estudiando márketing, pero me fue imposible compaginarlo", asegura. ¿Y cómo afecta la crisis a un deporte tan minoritario? "Las marcas tienen menos presupuesto, se vende menos material deportivo y, por lo tanto, nosotros, los deportistas, también ganamos menos". ¿No le da miedo el futuro cuando se acabe su carrera en el kitesurf? "Tengo un nombre dentro del deporte y bastante conocimiento sobre material y de cómo funcionan las marcas. Mi sueño sería crear la mía propia".

Hasta ahora, hablar de kitesurf en España era hablar solo de Gisela Pulido, una barcelonesa de 19 años que esta temporada ha ganado su noveno título en categoría femenina. "Merece todo el reconocimiento que tiene porque ha trabajado mucho, pero en hombres hay mayor competencia y es mucho más complicado ganar el Mundial. El 90% de los practicantes de nuestro deporte son hombres y en el circuito ocurre algo parecido. Suele haber cinco o seis veces más competidores en el cuadro masculino que en el femenino".

Consciente de que vive en un país de futboleros, señala que le encantaría que este título sirviera para que "la gente que no practica el kite me empezara a seguir y se alegrara de mis resultados, como lo hacemos todos con otros deportistas como [Rafa] Nadal, [Fernando]Alonso, la selección, Mireia [Belmonte], Gisela...". "Igual necesito ganar más campeonatos del mundo para eso", reconoce tras una pausa.

Tímido fuera del agua, agresivo dentro. Así es Álex Pastor: "Je, je. Eso dicen de mí. Es cierto que desde pequeño me cuesta un poco comunicarme. No hablo mucho, pero es algo que intento mejorar. En el agua me transform,o porque hago lo que me gusta y no pienso en otra cosa".

Los riders señalan Tarifa como el mejor lugar del mundo para hacer kite –"Aunque yo en invierno me entreno mucho en Brasil"–, a pesar de las leyendas que hablan de la fuerza del viento de Levante para hacer perder la cordura a sus habitantes. "Eso lo dice gente a la que no le gusta el viento. A mí me da la felicidad", sentencia Álex Pastor.

Una ayuda para ligar: "Practicar kitesurf ayuda a ligar un poco más. Si tienes buenos resultados en competición, siempre hay personas que sienten admiración y supongo que hay una relación entre eso y ligar", explica.

Con sus propias creencias: "Se podría decir que soy creyente, aunque tengo mis propias creencias y no necesariamente ligadas con ninguna religión en concreto", dice.

El jamón de la suerte. El rider malagueño nos cuenta sus manías: "Después de este título mundial he empezado a pensar que dejarme barba y desayunar jamón ibérico me da suerte".

Viajes e idiomas. Álex Pastor reconoce que le resulta complicado saber en cuántos países ha estado. Seguro que más de 20", apuesta. Y habla tres idiomas: "Español, inglés y portugués".