Tarde, tenía más de treinta años cuando empezó a cantar, pero 'definitivo', Javier Krahe ha demostrado que aquel hacer ironía y a veces sátira en cada canción era posible. Han pasado más de treinta años, con discos como Cábalas y cicatrices, Querencias y extravíos o Toser y cantar, y aquí sigue y sigue llenando y publicando canciones nuevas. Las últimas, en el disco  Las diez de últimas que viene acompañado o presentado o precedido o compelementado por el libro de Lafargue, El derecho a la pereza. Un alegato escrito en el XIX de increíble actualidad. Una lectura a la altura de las letras de Krahe, para quien tenía algo de retador sacar un libro como éste en este momento. Y además, lo defiende sin disimulo: "Si pudiera, viviría en el sofá en exclusiva".

Si quería ser ambiguo lo ha logrado llamando el disco Las diez de últimas y con ninguna canción en el disco que lo explique... ¿Tal vez es que soy yo que no lo entiendo?

No, no, quería ser ambiguo. Pero también es del tute.

No sé jugar al tute, ¿es muy tonto no saberlo?

No. Pero yo sí sé y se dice cuando te llevas la última baza de una mano, porque te llevas diez cartas y dices: las diez de últimas. Pero también quería generar  ambigüedad, que la gente pensara ¿cómo, las diez últimas canciones?

¿Cómo aplico eso del tute a su disco?

Habría que hacer muchas peripecias mentales... Y que se me ocurrió, me gustó, era ambiguo y lo del tute.

¿Qué se le puede preguntar a Krahe sin parecer un idiota?

Yo no sé qué habría que preguntarme. Quizá la vez que mejor me entrevistaron fue en La Habana. Fue la más documentada, me preguntaron hasta por mi hermano Jorge, y yo me quedé sorprendido de que fuera en La Habana y no aquí...

Bueno, es que su hermano Jorge Krahe jugó un papel decisivo en su carrera como cantautor, fue para él para quien escribió sus primeras canciones, ¿no fue él quien hizo que se dedicara usted a esto?

Sí, hice para Jorge la letra de 25 canciones y él, la música. Fue él quien hizo que me dedicara a hacer letras sistemáticamente y cuando nos separamos dije: ¿y ahora qué hago? Así que me dije: pues tendrás que hacerte la música también. Y así fue.

Me cuesta mucho imaginarlo estudiando Empresariales, dato que por cierto da la Wikipedia, la Krahepedia y varias páginas más, incluso en la introducción de varias entrevistas...

Lo sé, pero yo no he estado matriculado jamás en Empresariales... Igual que dicen que viví en París, y yo en París lo más que he estado han sido doce días.

¿Existía esa licenciatura?

No, qué va. Lo que hice fue Económicas y aprobé primero entero. Me matriculé en segundo y no fui ni un día a clase. ¿Qué es eso de la Krahepedia?

Pues una página dedicada a usted... Pero ¿por qué se matriculó en Económicas? No le va mucho...

Pues porque me dijeron que era lo más fácil, y estaba presionado por mis padres, que querían que estudiara una carrera y todo eso... ¿Merece la pena que mire eso de la Krahepedia? No, ¿no?

Lo que sí le va es el libro que publica con este disco, El derecho a la pereza, de Paul Lafargue, ¿es su manera de protestar contra lo alienante del trabajo, aunque sea a través de las palabras de otro?

No quería que se perdiera esa idea de, más que de pereza, de ocio, del derecho al ocio. Parece que está un poco fuera de tono dado el paro que hay salir ahora con esto, pero es que si nos fijamos en el siglo XIX, que es cuando se escribió el libro, la sociedad era mucho más pobre que nosotros ahora en crisis y estaban más contentos. Los griegos, que lo hicieron todo, no trabajaban; se dedicaban a pensar. ¿O qué crees que hacían Aristóteles, Platón..?

¿Una trampa ese 'amor' al trabajo?

En EE UU, y los cito a ellos porque son los que siempre están haciendo estudios, el 90% en el siglo XIX se declaraba muy conforme con su nivel de vida. Desde entonces hasta aquí: retroceso, todos más descontentos y trabajando el doble.

¿Es fiel a ser perezoso en todo, salvo en amar y beber, salvo en ser perezoso?

Tengo una capacidad enorme para no hacer nada. Cuando hace dos años me partí el fémur y el médico me dijo que tendría que estar un mes en la cama y en el sofá, yo le dije: pero si ésa es mi vida normal.

Pero ¿en serio?

Llevo los últimos veinte años así. Tengo 120 días de actividad entre conciertos y promociones, y el resto: sofá y cama. Me levanto, desayuno, me ducho y me voy al sofá.

Y piensa...

Claro, pero es que eso no hay que hacerlo. Se piensa sin querer. Aunque la cama la uso más para dormir.

Pues no habrá podido decirle a sus hijos el clásico "Deja ya de estar ahí tirado y haz algo"...

No, nunca. Además me han salido muy activos. Una vez mi hija, tendría 12 o 13 años, llegó del colegio con unas carpetas y unas cosas y se me acercó, supongo que para preguntarme algo, y antes de hacerlo me dijo: "Déjalo, ya se lo digo a mamá, porque tú me vas a decir que mejor no lo haga".

Y cuando está usted en ese sofá viendo lo que ocurre en el mundo, ¿le dan ganas de hacer ironías y sátiras o se le quitan?

Se me quitan. Además yo me considero más de ironía que de sátira, aunque también las he hecho. Y las ironías me salen solas, no necesito esforzarme.

¿Cómo se compone desde el sofá?

Pues siempre es a partir de una frase que me gusta. Le doy vueltas hasta que encuentro lo que puede ir antes y después para que quede bien. Y cuando empiezo a decir disparates, entonces me divierto y sé que voy bien, que tengo la canción.

¿Por qué dijo que le parecía vulgar aferrarse a la vida?

¿Lo dije? Seguramente, sí... Es que en el sentido de que casi todo el mundo se aferra a la vida es algo muy vulgar. Algo que hace la mayoría es algo vulgar. Y, en otro sentido ya, no entiendo por qué hay que temerla, te mueres y ya está, no pasa nada.  Es que me parece muy normal. En mi familia es una tradición morirse.

Alguna vez le han definido como 'vividor'....

Pues que no debo de ser tan vividor cuando soy tan perezoso. A mí me dicen que me vaya a Asia y les digo que no, que no me apetece, ¿qué hago yo en Mongolia? Además vas en avión, te pierdes las posadas, los cambios de dirección... Lo veo aburrido.

"Y al despertarte había crisis" dice en una de sus últimas canciones, cuando nos despertemos mañana o dentro de un año, ¿qué habrá?

Seguirá habiendo crisis. Incluso podrá ser peor porque puede afectarte a ti directamente. Pero crisis es una palabra muy imprecisa, un término escurridizo, prefiero hablar de recesión. Porque crisis hay continuamente.

Hasta de ansiedad...

Yo no tengo crisis de ansiedad, yo soy ansioso desde niño.

¿La pereza ha sido una forma de combatirlo?

Creo que sí, que tiene que ver con eso.

Y a los políticos, ¿hay manera de combatirlos?, ¿usted cree que deberían dimitir?

Sí, deberían dimitir todos y poner un gobierno de transición y una asamblea constituyente y que no haya ni uno que haya robado antes o sido cómplice de alguna manera. Recuerdo cuando se aprobó la guerra de Irak, el PP estaba feliz, sonreían. Los hubiera cogido a todos y los hubiera despedido. ¿Felices de formar parte de una guerra? Hay una falta de honradez total. Y viene de muy atrás.

Si le digo grupo anti-prohibicionista...

Sacamos tres mil y pico votos. Lo que pedíamos era la legalización de todas las drogas. ¿Es que se puede comparar el terrorismo con el tráfico de drogas? Pensar que pierden tanto tiempo en detener un barco cargado de hachís... Para mí es como si fuera cargado de manzanas. Y lo extiendo a todas las drogas.

¿Qué haría si fuera usted presidente?

Ser un ser repugnante. Para ser presidente hay que ser repugnante, incluso para querer serlo.

'Impostor' llamó a Felipe González y 'mamarracho' a Aznar, ¿algún nombre para Rajoy y Rubalcaba?

No quiero improvisar. Y no has nombrado a Zapatero, ¿te has dado cuenta?

Y para Zapatero, ¿algún calificativo?

No lo vamos a tomar en consideración

Es más, vamos a cambiar totalmente la dirección: si pudiera usted retroceder; ¿cambiaría algo?

Me parece bien todo lo que me ha sucedido.

Y si pudiera ir hacia delante...

Elegiría mi sofá pero en exclusiva, sin tener que moverme. Bueno, a media tarde me levantaría porque me gustan las amistades y no van a venir a verme al sofá.

¿Qué le provoca, como dice en su canción, mil arcadas?

Pues cosas como las que cuento en la canción. Y es que vi una foto del Himalaya con una cola de miles de personas, y digo yo que cada uno llevará un yogur y una lata de sardinas, y como somos así pues imagino todo lleno de latas y yogures y me da arcadas. Por eso digo que ya escalo sólo simbólicamente por limpias vías de la mente.

Y, también lo canta usted, ¿qué hace que se le caiga la baba?

Los halagos de mujeres. Con un hombre no se me cae nunca la baba.

Por acabar con algo bonito, Sabina dice que usted es un lujo que este país no se merece...

Pues si lo dice Sabina, ¿quién soy yo para quitarle la razón? Pero soy un lujo asequible a todos los españoles. Creo que dejaré un par de docenas de canciones que están bien y con eso tengo de sobra. Quería darte un buen final. ¿Lo he hecho?