Las agencias de la ONU han hecho un llamamiento de fondos este martes solicitando 301 millones de dólares (casi 225 millones de euros) para atender a los 11,3 millones de afectados por el paso del tifón 'Haiyan' —también llamado 'Yolanda'— la semana pasada por Filipinas, de los que 673.000 se han visto desplazados de sus hogares. Así lo avanzó este martes en Ginebra el portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Jens Laerke.

"Muchas zonas siguen siendo inaccesibles. Todavía no sabemos la magnitud de la catástrofe y no tenemos cifras definitivas sobre el número de muertes. Tomará tiempo establecer el informe final", explicó Laerke. Según las cifras de este organismo, el tifón que asoló Filipinas el pasado viernes ha provocado el desplazamiento de 673.000 personas que han perdido sus hogares.

Además, Naciones Unidas estimó en más de 10.000 el número de víctimas mortales provocadas por el tifón que hace cuatro días arrasó las provincias centrales del archipiélago.

El Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres filipino prosigue con el lento recuento oficial en su último informe publicado en el que también habla de 2.487 heridos. Según el último dato ofrecido este lunes por este organismo, el balance oficial de víctimas mortales se aproxima ya a las 2.000 —1.744—.

El presidente del país, Benigno Aquino, declaró este lunes el estado de calamidad nacional.

Además de Tacloban, la capital de la isla de Leyte, donde se estiman que solo en la ciudad hay unos 10.000 muertos, por la región hay infinidad de poblados pequeños totalmente incomunicados a los que la ayuda humanitaria aún no hay llegado. "A medida que tenemos más acceso (a otras zonas) encontramos más y más gente muerta por el tifón", declaró John Ging, miembro del departamento humanitario de Naciones Unidas, en la sede del organismo.

Los equipos de limpieza se afanan por retirar los amasijos de cables, árboles caídos y toneladas de escombros de las carreteras para que lleguen los camiones que distribuyen comida, agua potable y tiendas de campaña como refugio provisional.

Precisamente, la escasez de bienes de necesidad primaria ha creado un clima de histeria entre los supervivientes que hambrientos y sin nada que beber deambulan por las carreteras de la región.

Haiyan también ha dejado a su paso por China al menos doce muertos y otros doce desaparecidos. En la región autónoma de Guangxi, las autoridades han confirmado la muerte de una persona a causa del derrumbamiento de viviendas y la rotura de cristales, y cerca de un millón de afectados. Además, 25.000 personas han tenido que ser desplazadas y 249 casas se han derrumbado.