De vuelta a la vida, Astérix y Obélix, que mantienen exacta su figura, como si las manos de sus creadores: el fallecido Goscinny y el aún vivo Uderzo siguieran trazando sus aventuras, ya no están huérfanos.

Sus padres adoptivos son Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, guionista y dibujante respectivamente, y comparten con el cómic, ambos, la fecha de nacimiento: 1959 (salían las primeras aventuras de los galos).

Parece difícil adoptar a alguien de tu misma edad, pero en el mundo de Astérix hay muchos imposibles que se tornan, con ingeniosas dosis de humor (sigue muy 'vivo' este pilar en la nueva entrega), en posibles.

Eso sí, han tenido estos progenitores mucho cuidado en no causar 'traumas' ni a sus nuevos 'hijos' ni a su inmensa pandilla de amigos, para lo que han puesto hasta la propia cordura al servicio de la historia y los dibujos de modo que no se percibiera la diferencia. "Hemos seguido la misma técnica que su creador, Uderzo, con tinta y pincel, lo que hace que sea muy lento el proceso, pero asegura que no haya diferencias". Es copiar sin copiar: lo que explica esa 'paranoia' de la que hablarán Ferri y Didier.

Astérix y Los Pictos, publicado el pasado 24 de octubre por Salvat, es la nueva y esperada entrega. Un bautismo de fuego para el popular Astérix que, junto a Obélix, se va en esta aventura al país de los Pictos (Escocia) con uno de sus habitantes, misteriosamente aparecido en la aldea gala.

El Picto, alto y fornido, vestido con el clásico tartán (por cierto, muy de moda este año) pone en evidencia una de las novedades de este nuevo Astérix: las féminas tienen mucho más peso.

En palabras de sus padres adoptivos: "Igual que ha ocurrido en el mundo, que las mujeres han ido teniendo más importancia, aquí también debían tener más protagonismo, así que se lo hemos dado". De hecho, se las ve en el cómic tomar con resolución alguna que otra rienda y poner celosos a los galos con su expresa actitud de admiración al físico del Picto.

Otra de las novedades la proporciona, según los creadores, la manera en la que se ven Astérix y Obélix envueltos en la historia: "Son menos proactivos, es la aventura más la que los lleva a ellos y no tanto ellos los que provocan la aventura".

Porque aquí lo realmente complejo era respetar a los originales pero darles una nueva vida, una posibilidad de volver con otras aventuras. Y eso genera y les ha generado una evidente presión en el proceso, aunque, así lo aseguran: "Más ahora, en esta promoción que estamos haciendo, que es como si fuéramos estrellas de rock".

"Más que diversión..: presión y depresión" dice a 20minutos Ferri, cuando les preguntamos por el proceso de creación, ese hacer frente a la página en blanco pero con tantas escritas detrás y con tanto éxito. Quiere, eso sí y así queda, que se matice que es una broma su respuesta.

"Era todo un reto, estaba Uderzo, el editor... Y sobre todo Astérix, que había que hacerlo exacto, pero a  su vez nuevo". El dibujante, Didier Conrad, que vive en California aunque es, como su compañero de aventura, francés, añade con humor: "Sí, pero yo no podía llamar a Francia y gritar, porque cuando yo estaba despierto, ellos estaban durmiendo".

Sin abandonar la ironía confiesan que han estado a punto de perder la cordura: "Casi acabamos paranoicos".

¿Y los personajes, habrá paranoia en Astérix?, a ver si se la van a terminar contagiando...  "No, no, nos la hemos guardado toda para nosotros... Bueno, y para la familia, que también la ha vivido".

No obstante, quieren manifestar que la verdadera presión era para Uderzo, que, a sus 86 años ha reconocido no poder seguir y solo con Astérix. "Transmitir lo que es Astérix sí es verdadera presión, sobre todo, porque a él le hubiera gustado continuar, pero era imposible. Tiene 86 años".