La NSA espió 60 millones de llamadas de teléfono en España

  • Las escuchas se hicieron en diciembre de 2012 y enero de 2013, según publica Glenn Greenwald en el periódico 'El Mundo'.
  • El Gobierno pedirá explicaciones al embajador de EE UU en España.
  • Legisladores republicanos critican la estrategia defensiva de la Casa Blanca.
Mariano Rajoy
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EFE
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Tras unos días de especulaciones, ya hay datos concretos sobre las supuestas escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense a España. Según publica el periodista estadounidense Glenn Greenwald en El Mundo, España sí fue espiada; y no una vez, sino 60 millones de veces entre diciembre de 2012 y enero de 2013. Greenwald fue el periodista que publicó las filtraciones del exanalista de la CIA Edward Snowden sobre el espionaje de EE UU en The Guardian, medio que dejó hace dos semanas.

Este es el número de llamadas interceptadas por la agencia norteamericana que, si bien no recabó datos sobre el contenido de las conversaciones, sí lo hizo de los datos de los emisores y receptores de las llamadas, así como de su ubicación y número de serie de los teléfonos.

El Gobierno de Rajoy, que hace unos días aseguraba que no tenía constancia de que la NSA estadounidense hubiera espiado a España, ha preferido no crear polémica y dar un respuesta de bajo perfil para no deteriorar las relaciones con el país norteamericano.

Así, será el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, y no el ministro Margallo, quien pedirá explicaciones al embajador de Estados Unidos en España, James Costos, a quien se le ha solicitado una reunión que tendrá lugar este lunes por la mañana.

La Casa Blanca y la prensa quitan hierro al asunto

Esto se lo pone fácil a las autoridades estadounidenses, que tratan de rebajar la gravedad de las denuncias de sus aliados, mientras los principales diarios de su país apartan la polémica de sus primeras páginas.

Pese a la polémica generada, ni The Washington Post ni The New York Times llevaban en sus portadas del domingo las acusaciones de espionaje masivo por parte de la NSA que, entre otras cosas, pinchó los teléfonos móviles de varios líderes europeos durante años, entre ellos el de la canciller alemana, Angela Merkel.

Desde la pasada semana, los funcionarios estadounidenses han buscado calmar a los aliados europeos y rebajar la tensión, en medio de las nuevas revelaciones a la prensa filtradas por Snowden, quien se encuentra actualmente refugiado en Moscú.

El propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló con Merkel para asegurarle que Washington "no está supervisando ni supervisará las comunicaciones de la canciller", indicó Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca.

Revisión de la política de espionaje

Asimismo, Obama ha solicitado revisar la política de espionaje y respetar a los aliados, explicó Lisa Monaco, asesora presidencial de contraterrorismo y seguridad nacional.

"Hoy el mundo está altamente interconectado y el flujo de información no tiene precedentes. Es por ello que el presidente nos ha pedido revisar nuestras capacidades de vigilancia, con respeto a nuestros socios extranjeros", aseguró Monaco el viernes.

En paralelo, y durante toda la semana, Washington ha repetido de manera insistente la misma postura: la recogida de información es algo que hacen todas las naciones y los estadounidenses "recopilan la misma clase que otros países".

Sin embargo, estos intentos de calmar el enojo al otro lado del Atlántico han provocado la reacción de varios legisladores republicanos, quienes han criticado la estrategia defensiva de la Casa Blanca.

"Creo que el presidente debería dejar de pedir perdón, dejar de estar a la defensiva", dijo Peter King, legislador republicano por Nueva York, en una entrevista en el canal NBC. "No tenemos los programas de inteligencia por diversión", apuntó y agregó: "Los utilizamos para recoger información valiosa, que nos ayuda no solo a nosotros, también a los europeos"

En la misma línea se expresó Mike Rogers, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y legislador por Michigan, quien calificó de "cínicas" las protestas de los países europeos. "Esta idea de que vamos tras alguien cuando la realidad es que es protección legítima de nuestros intereses nacionales es cínica", sostuvo Rogers en el programa State of the Union de la cadena CNN.

Por ello, defendió la utilidad de los programas de espionaje de la NSA: "Son una buena cosa. Protegen la seguridad de Estados Unidos, protegen la seguridad de nuestros aliados europeos".

También lo hizo el exvicepresidente de EE UU entre 2001 y 2009, el republicano Dick Cheney, quien reconoció que las filtraciones de Snowden son "dañinas" para Washington y remarcó en el canal ABC que las actividades de inteligencia son importantes para llevar a cabo la política exterior del país.

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