La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a diez años de cárcel y al pago de una indemnización de 152.500 euros a J. A. M, acusado de intentar matar a bastonazos a una mujer después de que la víctima se negara a mantener relaciones sexuales con él.

La Audiencia lo condena a siete años y seis meses de prisión por un delito de asesinato intentado y a dos años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual en grado de tentativa.

Los hechos ocurrieron el 8 de mayo de 2010 en la localidad sevillana de Los Palacios, cuando el acusado se encontraba en compañía de la víctima en el Camino del Lago de Diego Puerta, "con evidente intención de mantener relaciones sexuales" con ella.

No obstante, y ante la negativa de la mujer, el acusado aprovechó la circunstancia de lo apartado del lugar y la ausencia total de testigos para golpearla en la cabeza en repetidas ocasiones de manera "sorpresiva" con un bastón que portaba, sin que ella tuviera posibilidad alguna de defenderse

Según la sentencia, le bajó los pantalones "con evidente intención de mantener relaciones sexuales", sin que pudiera conseguirlo por la resistencia de la víctima, pero le ató la pierna derecha con un cinturón y la arrastró hasta el centro del camino, donde siguió golpeándole la cabeza "brutalmente" con "intención de causarle la muerte y aumentar de forma deliberada su dolor".

El condenado la dejó inconsciente y con "graves" lesiones que podrían haberle causado la muerte de no haber recibido asistencia sanitaria, pues presentaba un shock hemorrágico con pérdida de sangre de entre 1.500 y 2.000 mililitros.

"Para asegurarse dicho resultado", dos personas que pasaban por el lugar y se interesaron por la víctima "fueron alejadas por la actitud agresiva" del imputado, quien montado sobre el dorso de la mujer "la zarandeaba para comprobar si vivía, evitando que la perjudicada pudiera ser auxiliada por sus lesiones".

Cuando los agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar, el procesado se encontraba en estado "de gran agitación", siendo detenido después de ser informado de sus derechos constitucionales.

La Sala argumenta que, de lo actuado, "consta acreditado el ánimo de matar tanto por el instrumento utilizado, un bastón, como por los numerosos golpes y zona del cuerpo, la cabeza, a la que se proyectaron", resultando en este sentido "muy significativa la documental consistente en los partes de asistencia y sanidad incorporados a las actuaciones".

A su juicio, la agresión fue ejecutada con ensañamiento, todo ello a la vista "de los numerosos golpes, la zona del cuerpo a la que se proyectaron (cara, ojos y boca) y las graves lesiones que sufrió la víctima, habiéndose podido evitar el fatal desenlace gracias a la inmediata intervención médica, a pesar de lo cual le han quedado importantes secuelas".