Todavía no ha amanecido en Fuenlabrada, pero medio centenar de personas ya llevan varias horas esperando a la intemperie en las puertas del registro civil de la ciudad. El primero de la fila, un ciudadano de nombre Harold Racz, ha llegado a las 5.00 h de la noche. Poco después de él, llega David Valmorisco, con su silla plegable y su termo preparado para la larga espera. A las 8.45 h., poco antes de que abra la oficina, siguen llegando personas a una cola que ya casi dobla la esquina. Necesitan hacer trámites simples, pero el registro solo concede 40 turnos al día por estricto orden de llegada y sin posibilidad de pedir cita con antelación para muchos de los trámites. De hecho, los últimos en llegar ni siquiera conseguirán entrar en los juzgados y tendrán que volver otro día.
Esta imagen se repite todas las mañanas en los registros civiles de la región, sin que ninguna administración ponga una solución y pese a las constantes quejas de los usuarios, de los trabajadores judiciales e incluso de la Defensora del Pueblo. En los 21 registros repartidos por la comunidad de Madrid se realizan trámites de inscripción de nacimientos, enlaces matrimoniales, defunciones y nacionalidades. Además, es el lugar donde hay que acudir para solicitar certificados referentes al estado civil de las personas o relacionados con los libros de familia. Son documentos que se requieren, por ejemplo, para solicitar una ayuda pública, para realizar el primer DNI de un niño o como comprobante del fallecimiento de un ciudadano. Solo en el registro de la capital (en la calle Pradillo) se tramitaron algo más de un millón de asuntos en 2012.
Pese a ser muy utilizado, este servicio carece de un sistema ágil de atención al público. Ni siquiera es posible solicitar una cita previa a través del teléfono o Internet para fijar una fecha y hora concretas para la visita. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) aclara que no es necesario hacer cola para tramitar la inscripción de nacimientos, ni para solicitar ningún tipo de certificado ni para pedir la fe de vida para mayores de 65 años, según fuentes judiciales. En estos casos se puede acudir a cualquier hora y entrar al registro sin necesidad de pedir hora ni esperar en la fila.
En cualquier caso, la propia Defensora del Pueblo ha pedido explicaciones públicas tanto a la Consejería de Justicia madrileña (que ostenta las competencias sobre la gestión del registro) como al Ministerio de Justicia (que tiene el encargo de modernizar la administración judicial).
Quejas por la falta de cita previa y demoras excesivas
"Persiste la situación de colapso de numerosos registros civiles, en particular los de las poblaciones del cinturón que rodea Madrid", aseguran desde la oficina de la Defensora del Pueblo. Esta institución cita expresamente los problemas en Torrejón, Getafe y Collado Villalba; aunque también se reciben quejas habituales desde Fuenlabrada, Móstoles o la capital. "Hay quejas por la ausencia de un sistema de cita previa, mal funcionamiento del mismo o demora excesiva en la concertación. Ante la inexistencia de sistema de cita previa para evitar la formación de largas colas incluso de madrugada, se ha recomendado su implantación, que está pendiente en la mayor parte de los registros ubicados en la comunidad de Madrid", reclama la Defensora del Pueblo.
Los ciudadanos afectados se muestran indignados cada vez que tienen que acudir a un registro a hacer papeleos. "En Móstoles solo dan 10 números al día. No existe cita previa, lo que lleva a la gente a pasar desde el día anterior en la calle, esperando hacerse con uno de esos 10 números. Es verdaderamente inhumano y vejatorio, yo ya llevo cuatro intentos sin éxito", explicaba Marcel Núñez en una carta enviada a este periódico. "No doy crédito a que en una sociedad como la actual todavía se tolere tener una cola de personas esperando cinco horas para realizar un trámite que apenas dura diez minutos", añade José Manuel Garrido, en referencia al registro de Fuenlabrada.
Los funcionarios judiciales opinan que el problema tiene su raíz en la falta de personal: "Los registros están desbordados, como pasa en toda la administración de Justicia madrileña, donde se encuentran sin cubrir 400 plazas de funcionarios que están de baja por enfermedad o que se han jubilado", explica Alberto García, del Sindicato de Trabajadores de Justicia (STAJ). "Esto puede ser parte de una maniobra para justificar el trasvase de la gestión a los registradores de la propiedad. No cubren las plazas en previsión de que dentro de unos meses ya no se gestionará de forma pública", sospecha García.
Las competencias son autonómicas
Sin embargo, la Consejería de Justicia se desentiende del problema. "Tampoco recibimos tantas quejas. Quizá haya un mayor atasco en las nacionalidades, pero no tanto en bodas y nacimientos. Si alguien tiene reclamaciones, que nos lo haga saber", apunta una portavoz de la Consejería. Por su parte, el Ministerio de Justicia responsabiliza a la Comunidad "ya que tiene las competencias de Justicia transferidas; en las autonomías donde no se han transferido nosotros hemos implantado un sistema de cita previa que funciona", apuntan fuentes del departamento. En cualquier caso, el Ministerio llevó este jueves al Consejo de Ministros un anteproyecto de ley que prevé medidas para agilizar la burocracia en los registros: entre otros asuntos, los trámites podrían ser validados por el secretario judicial u otro funcionario, en lugar de tener que pasar necesariamente por el juez, como ocurre hasta ahora. Además, los matrimonios y divorcios se podrían realizar ante notario, sin necesidad de pasar por el registro. "Los registros se van a ver descongestionados notablemente", apuntó el ministro Alberto Ruiz-Gallardón. Estas medidas aún tendrán que debatirse y aprobarse, por lo que todavía no son firmes.
Hace ahora dos años, la anterior consejera de Justicia, Regina Plañiol, prometió una serie de medidas para aligerar las colas. Concretamente, se propuso instalar un sistema de turnos en la oficina de Pradillo (en la capital) y planteó ampliar en un 10% la plantilla de funcionarios judiciales para sacar adelante el trabajo acumulado. Además, solicitó al Ministerio que sacara más plazas para jueces en Madrid, ya que, en su opinión, el problema del atasco "no se debe a una falta de personal, sino a una falta de jueces; al final todo el papeleo que saca un funcionario lo tiene que revisar y validar un juez, y eso depende del Ministerio", explicaba Plañiol.
Harold Racz, 31 años: "No debe ser tan difícil dar cita previa por teléfono"
Irene Nieto, 26 años: "A veces te toca irte sin número después de haber hecho cola"
José Manuel Rodríguez, 43 años: "El tiempo de las personas vale dinero"
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