¿Qué hacemos con la vivienda cuando llega el divorcio?

  • Los problemas llegan si ambos son propietarios y más si aún se paga hipoteca.
  • Si hay hipoteca la solución más sencilla sería vender el piso y cancelarla.
  • Que un banco acepte la dación en pago de la pareja es complicado.
  • Para que uno de los dos miembros adquiriera la propiedad asumiendo la hipoteca habrá que hacer una extinción de condominio.
Representación de un divorcio con una tarta nupcial.
Representación de un divorcio con una tarta nupcial.
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Representación de un divorcio con una tarta nupcial.

Cuando llega el divorcio el piso que ha sido el hogar que daba forma a esa unión pasa a ser un problema. Sobre todo cuando los dos miembros de la pareja son propietarios y más si aún se está pagando una hipoteca. Las opciones que se plantean en materia de vivienda tras una separación son varias.

Como explican en Fotocasa, puede optarse por que uno de los dos continúe viviendo en el inmueble y asuma todos los gastos o ponerlo a la venta y repartir las ganancias, una opción que muchos descartan por la devaluación que se ha producido en los últimos años en el precio de la vivienda. Pero la situación suele ser mucho más complicada cuando la pareja que se divorcia comparte una hipoteca.

Se vende y cancelamos la hipoteca

Sería la solución más sencilla, pero según un artículo publicado por iAhorro, la crisis económica hace que hoy en día, en muchos casos no se pueda vender a un precio que permita cancelar el total de la hipoteca. Además las dificultades aumentan si los ingresos de uno o ambos integrantes no le permiten alquilar una nueva vivienda o hay hijos comunes.

¿La casa para el banco?

Que una entidad financiera acepte la dación en pago de una pareja que se separa es bastante complicado. Si la entidad financiera ve otras opciones de cobro, sin duda no aceptará esta opción. Si hay avalistas o tenemos ingresos, podemos ir descartado esta posibilidad.

Uno se queda la vivienda

Una de las opciones es que uno de los dos miembros adquiriera la propiedad asumiendo la hipoteca pendiente. El procedimiento para ello es hacer una extinción de condominio, que conlleva gastos de notaría, registro, gestoría e impuesto de actos jurídicos documentados. Para ello, iAhorro señala que el banco debe aprobar una nueva hipoteca cuyo titular sea únicamente el que adquiere la propiedad y esto solo será posible si su capacidad económica es suficiente para asumir los pagos mensuales.

También se puede dar el caso de que una sentencia judicial otorgue la vivienda a una de las partes. El problema es que ello no implica que asuma la deuda hipotecaria, que sigue siendo de los dos. La persona que pierde la vivienda sigue cargada con la deuda y los jueces no pueden obligar a una entidad financiera a que quite uno de los titulares hipotecarios. Por último, un juzgado también puede asignar la vivienda al cónyuge que cuide a los hijos, incluso si no es de su propiedad.

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Extraño pero usual, en los tiempos de crisis actuales también está sucediendo que a pesar de la separación sentimental, ambos sigan viviendo bajo el mismo techo, a la espera de que la situación mejore y se pueda vender la casa o uno de los dos pueda mudarse.

Una solución insólita y poco convencional es la que tomó una jueza de Sevilla hace tan solo unas semanas. La jueza ordenó dividir en dos una misma vivienda, de forma que cada cónyuge se quedara con una mitad, pese a que el piso era propiedad de los padres del marido.

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