Veíamos esta semana que los grandes inversores contemplan el mercado inmobiliario de España como algo apetecible y que –según Knight Frank– estarían dispuestos a invertir el próximo año hasta 14.000 millones de euros. Los datos del Banco de España conforman ese interés porque la inversión extranjera en inmuebles españoles ha subido casi un 33% en el último año.

Durante el segundo trimestre del año, los inversores foráneos inyectaron en 1.717 millones de euros en activos inmobiliarios, desde viviendas hasta oficinas y centros comerciales (el Banco de España no ofrece datos desagregados). El dato supone un incremento del 53,7% respecto al trimestre anterior y de un 32,9% respecto a hace un año.

Las ventas de viviendas a extranjeros no residentes han repuntado después de que se desinflaran en el primer trimestre, periodo en el que se notó el final del cuarto trimestre de 2012, que suele ser positivo para el mercado y en el que además hubo un incremento de las compraventas para anticiparse a la subida del IVA a partir del 1 de enero de 2013.

En cuando a la comparación con el primer semestre de 2012, las dudas sobre la solvencia de España en el primer semestre de 2012 provocaron una ralentización en esos meses de las inversiones extranjeras en inmuebles. Una vez despejadas estas dudas –dice Efe–, el interés por el sector inmobiliario español parece recuperarse y un año después las estadísticas arrojan variaciones interanuales positivas por encima del 30%.

El Ministerio de Fomento aseguraba en el Plan de Infraestructuras, Transportes y Vivienda (PITVI) 2012-2024 que "la demanda por parte de los extranjeros es crítica para el saneamiento y recuperación del sector". De hecho, el Gobierno ha incluido en la Ley de Emprendedores la posibilidad de que los extranjeros no residentes cuenten con un permiso de residencia en el caso de que compren una vivienda de al menos 500.000 euros.

Las inversiones extranjeras en inmuebles en España se redujeron progresivamente desde 2003, cuando alcanzaron los 7.072 millones de euros, hasta los 6.650 millones en 2004, los 5.495 millones en 2005 y, finalmente, los 4.716 millones en 2006. Esta tendencia se corrigió en 2007, ya que en el conjunto del ejercicio se contabilizaron 5.341 millones de euros procedentes de inversores extranjeros en viviendas, un 13,3% más respecto a 2006.

En esta línea, se computaron 5.331 millones de euros como consecuencia de las inversiones directas de los extranjeros en España hasta el cierre de 2008, un 1% más que en 2007. En 2009, la crisis del 'ladrillo' desincentivó estas inversiones, que cayeron un 31,4%, hasta los 3.654 millones, mientras que en 2010 volvieron a crecer un 4,5%, hasta los 3.820 millones.

En cambio, las inversiones inmobiliarias de españoles fuera de las fronteras no superaron los 91 millones de euros en el segundo trimestre de 2013. Por cada euro que los españoles invierten en inmuebles en el extranjero entran 18,8 euros a España procedentes de inversores foráneos.