El artista callejero inglés Bansky vuelve a lanzar un órdago al sistema y a los represores de la expresión del descontento social en los muros urbanos. Esta vez el reto es contra Nueva York y sus autoridades locales. El grafitero anuncia que durante el mes de cotubre asaltará las calles de la metrópolis con nuevos murales y dibujos que define como un show al aire libre al que ha titulado Better Out Than In (Mejor afuera que dentro).

Con su ácido humor habitual, Bansky añade una coletilla a su reto: "Un artista residente en las calles de Nueva York", y se apropia como inspiración de una cita del pintor postimpresionista Paul Cézanne: "Todos los cuadros pintados en interiores, en el estudio, nunca serán tan buenos como los pintados en exteriores".

El show podrá ser visitado por el público con la ayuda de una audioguía para "garantizar el disfrute de la experiencia", señala el artista en la web del proyecto. Sólo es necesario llamar por teléfono móvil a un número que aparece en la página y una voz pregrabada irá dirigiendo a los visitantes por las obras. El coste de la llamada es gratuito.

El primer mural, The Street Is in Play (La calle está en juego) muestra a dos críos dibujados en blanco y negro y ataviados como los niños esclavos de las factorías industriales de principios del siglo XX. Subido sobre la espalda de uno, el segundo arranca de la pared una señal urbana con un espray de grafiti tachado y el lema: 'El grafiti es un delito'.

Bansky realizó una pintada previa en una reja donde anuncia. "Este es mi acento neoyorquino" y una especie de cartel anunciador del show al aire libre donde un silueta de un niño grafitero parece vomitar una serie de flores reales nacidas en la grieta de una pared. El artista tiene una cuenta de Instagram donde también colgará imágenes de las obras.

Tras año y medio sin dibujar nuevas obras, Bansky vuelve a hacer gala del don de la oportunidad y regresa en un momento en que las autoridades locales de Nueva York han intensificado una cruzada contra el arte callejero. En agosto se anunció la demolición del complejo de edificios abandonados de Five Pointz, la catedral de los grafiteros neoyorquinos durante las últimas décadas.

El prolífico y genial artista callejero tiene obras en más de una veintena de ciudades del mundo [aquí hay una lista oficial de localizaciones], pero muchas otras han sido vandalizadas o destruidas en los últimos años, a veces por desconocimiento y otras para intentar hacer negocio colocando los murales en el mercado del arte. A principios de 2013 trascendió que 4o de las 52 obras que ha realizado en Londres han sido destruidas.