La localidad vallisoletana de Tordesillas se prepara un año más para la celebración del Toro de la Vega, un festejo taurino que estrena normas más estrictas para los participantes y que vuelve a estar envuelto en la polémica, con una manifestación en contra convocada en Madrid.

El próximo día 17 un toro de nombre Vulcano será soltado desde el centro del pueblo para después en el campo, una vez que cruza el puente sobre el río Duero en dirección a un pinar, ser alanceado a pie o a caballo si antes no consigue sobrepasar una línea que le permita ser indultado.

El Ayuntamiento de Tordesillas, una localidad de más de 9.000 habitantes situada a treinta kilómetros de Valladolid, ha modificado la ordenanza municipal que regula el festejo para endurecerla, con multas de 3.000 a 9.000 euros para quienes la incumplan.

Esta nueva regulación se estrena este año y establece también que quienes deseen participar con sus lanzas tienen que inscribirse antes del domingo día 15, entre otras novedades para garantizar la pureza del festejo taurino.

Un grupo de académicos defendió este martes en Tordesillas los valores etnográficos y antropológicos de este ancestral festejo, el mismo día que asociaciones antitaurinas pidieron su suspensión mediante varios recursos administrativos ante el Ayuntamiento y ante la Junta de Castilla y León.

El Partido Animalista-PACMA ha convocado para el sábado una concentración en Tordesillas por la mañana y por la tarde una manifestación en Madrid, que pasará por las sedes nacionales del PP y del PSOE, ya que los populares gobiernan en Castilla y León y los socialistas en Tordesillas.

El pasado día 8, un joven holandés se lanzó al ruedo en la plaza de toros de Valladolid, cuando terminaba la lidia del primer astado, para protestar contra las corridas y el festejo en Tordesillas.

El Toro de la Vega está incluido en la normativa de Castilla y León en un apartado específico para festejos taurinos que han demostrado documentalmente más de doscientos años de tradición, junto con el toro enmaromado de Benavente (Zamora) y el de fuego de Medinaceli (Soria).

Esta vez Vulcano, un toro de 580 kilos de la ganadería de José Bernardino, será el protagonista de un festejo que el año pasado congregó a unas 40.000 personas y que comenzó con el desalojo por la Guardia Civil de un grupo de antitaurinos que intentaron que no se soltara al astado.