Funeral por el príncipe Friso en el año más agitado de las monarquías del Benelux

  • La localidad de Lage Vuursche, en la provincia de Utrecht (Holanda), ha sido escenario de un funeral íntimo.
  • De forma parelela en Lech am Arlberg (Austria), lugar donde tuvo el accidente de esquí, se ha celebrado otra ceremonia en su memoria.
  • El segundo hijo de Beatriz de Holanda será enterrado en el cementerio de una pequeña iglesia situada junto al castillo de Drakensteyn, su hogar en la infancia.
  • La muerte de Friso corona un año muy agitado en las monarquías de Benelux, con abdicaciones, escándalos y bodas.
Un grupo de personas asiste al funeral por el príncipe Friso de Holanda en Lech am Arlberg, Austria, el 15 de agosto de 2013.
Un grupo de personas asiste al funeral por el príncipe Friso de Holanda en Lech am Arlberg, Austria, el 15 de agosto de 2013.
EFE
Un grupo de personas asiste al funeral por el príncipe Friso de Holanda en Lech am Arlberg, Austria, el 15 de agosto de 2013.

El funeral por el príncipe Friso de Holanda, fallecido el pasado lunes, ha tenido lugar este viernes en la localidad de Lage Vuursche, en la provincia de Utrecht.

Ha sido una ceremonia íntima reservada sólo a los más allegados y oficiada por el sacerdote Carel ter Linden, que casó al príncipe Friso y la princesa Mabel en Delft en 2004.

Un cordón de seguridad ha mantenido a la prensa y a los curiosos alejados del lugar, para ello, la carretera principal que atraviesa la localidad ha sido cortada al tráfico, así como otras vías en los alrededores, cuyo acceso se ha reservado únicamente a los vecinos.

La ceremonia no se ha retransmitido por televisión, aunque se permitió la entrada a un número limitado de fotógrafos. El rey Harald V de Noruega, que era padrino de Friso, tenía previsto asistir al funeral.

El segundo hijo de la princesa Beatriz será enterrado en el cementerio de una pequeña iglesia situada junto al castillo de Drakensteyn, donde Friso vivió durante su infancia y la reina Beatriz planea retirarse a partir de ahora.

De forma parelela en Lech am Arlberg (Austria), lugar donde tuvo el accidente de esquí, se ha celebrado otra ceremonia en su memoria en el que han participado varios músicos de alforn o "trompa de los Alpes".

Friso de Holanda, que murió a los 44 años después de permanecer dieciocho meses en coma tras un grave accidente de esquí, no será sepultado en la cripta familiar en la Iglesia Nueva de Delft, donde descansan los restos de toda la familia real holandesa.

Esta decisión se debe a que renunció a ser oficialmente miembro de la Casa Real cuando el Parlamento del país vetó en 2004 su enlace con Mabel Wisse, con quien finalmente contrajo matrimonio y tuvo dos hijas, Luana y Zaria. Esta boda le costó sus derechos de sucesión —era el número dos—, pero conservó el título de príncipe de Orange-Nassau.

Fuente inagotable de noticias

La muerte de Friso pone el punto negro a un año de cambio para las discretas monarquías belga y neerlandesa, que en apenas unos meses han visto las abdicaciones del rey Alberto y de la reina Beatriz en favor de sus hijos, Felipe y Guillermo-Alejandro.

Tras 33 años en el trono, la ahora princesa Beatriz abrió el camino el pasado 30 de abril, cediendo el puesto a su heredero, de 46 años, que ha asumido sin problemas sus nuevas funciones y disfruta de una gran popularidad junto a su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta.

Menos de tres meses después era Alberto II el que pasaba el testigo tras ocupar el trono desde 1993, dando paso a su hijo Felipe como séptimo rey de los belgas.

Sus últimos meses en el trono no fueron todo lo plácidos que el monarca hubiese deseado, pues su presunta hija ilegítima, Delphine Boël, llevó su caso a los tribunales para tratar de ser reconocida.

Alberto nunca ha admitido oficialmente que la mujer sea su hija, pero reconoció implícitamente su paternidad durante un discurso de Navidad en el que abordó la "crisis" que sufrió su relación con la reina, con quien se casó en 1959.

El caso está aún pendiente.

Escándalo en Bélgica

La salida a la luz de una fundación privada creada por la reina Fabiola, viuda de Balduino, con la que podía evitar que sus herederos pagaran impuestos de sucesión espoleó durante meses un debate en el país sobre los privilegios económicos de la realeza.

El impacto del caso fue tal que el Gobierno terminó por anunciar un recorte de las dotaciones que recibe la familia real, en especial la propia Fabiola, y obligará por primera vez a sus miembros a pagar impuestos por una parte del dinero que ingresen.

Además, también en el terreno de la polémica, el príncipe Lorenzo volvió a estar en el centro del huracán tras conocerse que tuvo contactos con diplomáticos de Angola sobre los proyectos energéticos que desarrolla su fundación y de los que no informó al Gobierno y la Casa Real.

Lorenzo, hijo menor de Alberto II, se ha visto involucrado en los últimos años en varios escándalos, el más importante al destaparse un supuesto caso de facturas falsas y desvío de fondos de la Marina, a lo que se ha sumado un carácter díscolo que le llevó incluso a estar temporalmente excluido de los actos oficiales de la Casa Real.

Y una boda...

Si en Bélgica y Holanda los últimos meses han sido especialmente dramáticos por los cambios, las tragedias y los problemas, en Luxemburgo, la tercera pata del Benelux, el protagonismo ha sido para las bodas.

El príncipe heredero del Gran Ducado, Guillermo de Nassau y Borbón de Parma, contrajo matrimonio a finales del pasado año con la aristócrata belga Stéphanie de Lannoy en una ceremonia a la que asistieron miembros de la realeza de todo el mundo.

Mientras, este año será el turno de su hermano Félix, que ha anunciado su enlace para el próximo mes de septiembre.

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