Galvao Vieira, que medía 1,70 metros y pesaba 38 kilos, estaba internada hacía más de un mes en el hospital Miguel Couto, después de haber pasado por otros tres hospitales públicos sin que en ninguno se le diagnosticara la enfermedad.

"María tenía problemas hasta para subir las escaleras del colegio donde estudiaba", declaró su padre al diario.

Quinta víctima en tres meses

Entre noviembre y diciembre de 2006, cuatro jóvenes murieron víctimas de la anorexia en Brasil.

Una de ellas fue la modelo internacional Ana Carolina Reston, de 21 años, que medía 1,72 metros y murió pesando 40 kilos a raíz de una infección generalizada provocada por la estricta dieta que seguía para mantenerse delgada y que estaba basada en "manzanas y tomatos".

Su muerte levantó la polémica sobre la presión a la que están sometidas las modelos para mantenerse delgadas y así poder acceder a las pasarelas, y fue el desencadenante para que las agencias de modelaje de Brasil exigieran un certificado de buena salud a todas sus modelos.

Días después, la universitaria Carla Sobrado Casalle, de 21 años, a quien también se le había diagnosticado anorexia y tomaba productos para adelgazar, murió en Araraquara, a 273 kilómetros al noroeste de Sao Paulo.

La tercera fallecida, Beatriz Cristina Ferraz Lopes Bastos, tenía 23 años. Sufría la enfermedad desde 2003.

Thayrinne Machado Brotto, con apenas 46 kilos de peso, murió en la madrugada del día 1 de enero en un hospital de la ciudad de Sao Gonzalo, un suburbio de Río de Janeiro.