Las atenciones sanitarias derivadas de las picaduras de medusa en las playas catalanas se han duplicado este 2013 en comparación con el año anterior. El registro de Creu Roja, encargada de vigilar las 86 playas de 24 municipios, refleja que dichas asistencias han pasando de las 2.953 a las 6.059 desde el inicio de la época estival hasta finales de julio.

Precisamente, el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, adscrito al CSIC, prevé este verano una de las mayores llegadas de medusas a las costas catalanas de los últimos quince años, a tenor de los datos recabados durante el mes de julio y que, en el caso de algunas especies, sextuplican los registros de 2012.

El investigador y experto en medusas, Josep Maria Gili, ha explicado que el aumento de los avistamientos se ha producido con carácter generalizado "en todas las playas", incluso con la detección de especies poco comunes hasta ahora en el Mediterráneo, como la 'Discomedusa lobata' y la carabela portuguesa —'Physalia physalis'--.

"Nos enfrentamos a un año de muchas medusas, pero la cooperación con ayuntamientos y corporaciones locales es más fuerte" y los convenios diseñados para hacer frente a este fenómeno complejo han demostrado su efectividad, ha resumido Gili.

Según los cálculos de los expertos, las atenciones sanitarias sobre el terreno suelen representar la mitad de las picaduras reales y, en un año con gran afluencia de medusas, las atención de la Creu Roja han superado las 15.000 a lo largo de todo el verano.

En caso de picadura, hay que remojar la zona afectada con agua salada y aplicar frío, además de no rascarse para evitar que se disparen las células urticantes que no se han activado, permite resolver hasta el 90% de las incidencias.

En todo caso, es recomendable que asmáticos, enfermos cardiovasculares, dermatológicos y neurológicos, así como los más pequeños y mayores, tomen medidas de precaución adicionales, junto con aquellos que ya han sufrido una picadura a lo largo del verano.

Creu Roja de Catalunya ha realizado desde principios de verano un total de 137 rescates de bañistas en las playas catalanas, un 16% más que en el mismo periodo del año anterior, y ha efectuado 14.841 asistencias sanitarias, lo que supone un incremento del 30% en un año.

En un comunicado, la entidad humanitaria ha concretado que el aumento de los rescates y de las atenciones sanitarias se deben a una "mayor afluencia" de bañistas en las playas catalanas, que acostumbran a seguir las recomendaciones que les hace el personal de la entidad que se encarga de la vigilancia y el salvamento.

Los socorristas de Creu Roja han realizado un total de 45.297 avisos preventivos a bañistas y embarcaciones en las playas catalanas desde principios de verano, un 27% más que en el mismo periodo del año anterior.

Los avisos preventivos se han realizado principalmente a bañistas cansados (13%) o que se encuentran fuera de la zona de baño (10%), además de la recogida de objetos peligrosos (10%) y de los avisos a personas que están en espigones y rocas (9,8%).

El 96% de los bañistas que han sido avisados han seguido las recomendaciones de los socorristas, que principalmente han realizado actuaciones preventivas a pie de playa (41.501), por encima de desde las embarcaciones que utiliza el personal de Creu Roja para controlar las zonas de baño (3.796).

Además de los rescates y avisos preventivos, Creu Roja ha entregado pulseras a 1.982 niños para facilitar su identificación, principalmente para poder localizar a sus familias en caso de pérdida.

Desde principios de verano, los socorristas de Creu Roja han localizado a 149 menores que se habían perdido, y han facilitado el baño de 576 personas con discapacidad mediante servicios como la silla anfibia.