Un trabajador del naval: "Ha sido un mazazo, ahora será más difícil conseguir nuevos contratos"

Trabajadores del astillero Vulcano, de Vigo.
Trabajadores del astillero Vulcano, de Vigo.
EFE
Trabajadores del astillero Vulcano, de Vigo.

"La decisión de Bruselas nos ha sentado como un verdadero mazazo, aunque contábamos con ello". Trabajadores como Francisco Javier Picos, del astillero asturiano Gondan, temen que la obligación dictaminada este miércoles por la Comisión Europea de devolver las ayudas públicas otorgadas al sector puedan significar el fin del mismo. "Estamos abocados a que la gente empiece a desfilar por las colas del paro", sostiene.

"Tenemos trabajadores muy preparados, pero es imposible competir en precio con Asia. Solo se puede competir con la calidad, pero para eso hace falta inversión", opina. Tal como recalca, la Comisión Europea no ha sabido o querido ver esta realidad, lo que empuja al sector al desastre.

Gandon, astillero localizado en Castropol (Asturias), cuenta con unos 300 empleados en plantilla, de los que 75 son fijos y el resto subcontratados. Esta empresa mediana es, tal como señala Francisco Javier, de suma importancia en un área que abarca desde el occidente asturiano hasta el oriente de la costa gallega. "Hay numerosos talleres, restaurantes y comercios de todo tipo que viven de la actividad de este astillero. Su cierre sería una desastre para la zona", explica.

"Tenemos, por ahora, trabajo garantizado para un año. Si el tax lease no se pone al día y se pone dinero de por medio, no podremos competir", señala este trabajador del naval, que añade además que la devolución de las ayudas va a "retraer" a los accionistas.

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