El presidente de EE UU, Barack Obama, y su esposa Michelle han mantenido este sábado una reunión de carácter privado con la familia de Nelson Mandela pero no han visitado al convaleciente líder sudafricano por "respeto a los deseos de sus allegados", según informó este sábado la Casa Blanca.
Obama aterrizó el viernes por la tarde en Sudáfrica, en la segunda parada de su gira africana. Su visita ha coincidido con el empeoramiento de la salud del expresidente Mandela, ingresado en estado crítico en un hospital de Pretoria.
El avión del mandatario norteamericano aterrizó en Pretoria pero también tiene previsto desplazarse durante estos días a Johannesburgo y Ciudad del Cabo. Dentro de la agenda oficial no figuró ningún encuentro con Mandela, calificado como "héroe" por Obama.
Pese a que se había especulado con una posible visita al hospital, el presidente de Estados Unidos advirtió que no necesita un "momento foto". "Lo último que quiero es entrometerme en un momento en el que la familia está preocupada" por su salud, ha explicado el presidente norteamericano a los periodistas que le acompañan, según la cadena NBC News.
"Mandela es una inspiración para el mundo"
Obama ha afirmado que la fuerza moral del exmandatario sudafricano es "una inspiración personal para mí y una inspiración para el mundo". El presidente estadounidense alabó "el coraje moral de Madiba —como se conoce a Mandela en Sudáfrica— y "la histórica transición a la libertad y la democracia" que lideró.
"Continúa siendo (un ejemplo) en muchas regiones divididas por conflictos, disputas sectarias, religiosas y guerras étnicas", añadió Obama, antes de agregar que los pensamientos de los estadounidenses están con la familia de Mandela.
Por su parte, el presidente de Sudáfrica Jacob Zuma ha dicho que el estado de salud de Mandela "sigue crítico pero estable, nada ha cambiado hasta el momento, pero esperamos que mejore", dijo Zuma.
La exesposa de Mandela pide prudencia
Por otro lado, la exesposa de Nelson Mandela, Winnie Madikizela-Mandela, pidió prudencia a los medios de comunicación en su cobertura de la hospitalización del expresidente sudafricano, que este sábado cumple una semana en estado crítico.
Winnie, que habló públicamente con los medios el viernes por primera vez desde el ingreso de Mandela el pasado 8 de junio, urgió a los periodistas a que no hablen del expresidente sudafricano en tiempo pasado, según la emisora local EyeWitnessNews.
"Son ese tipo de cosas que hacen que algunos de mis hijos y mis nietos lo pasen mal", afirmó Winnie a las puertas de la que fue la vivienda de Mandela en el gueto negro de Soweto, en el suroeste de Johannesburgo, ahora convertida en museo.
Winnie, que estuvo casada con Mandela durante 38 años, declaró que la familia de Mandela estaba abrumada con todo el apoyo que han recibido del público.
Las declaraciones de Winnie se producen un día después de que la hija mayor de Mandela, Makaziwe Mandela, calificara en una entrevista con la televisión estatal sudafricana a los medios de comunicación internacional de "buitres".
Winnie Madikizela-Mandela afirmó el viernes que Mandela había experimentado una "gran mejoría", aunque su pronóstico sigue siendo crítico. "Ha habido una gran mejoría respecto a hace unos días, pero sigue estando clínicamente mal", dijo a los reporteros. Winnie ha acudido casi a diario a la clínica desde que Mandela fuera hospitalizado en estado grave por problemas respiratorios el pasado 8 de junio.
Al lado de Mandela permanece desde entonces su actual esposa, la mozambiqueña Graça Machel, que no se ha separado de su marido en los más de veinte días que lleva en un hospital de Pretoria.
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