Casi un centenar de vecinos de la Vall d'Aran siguen evacuados

  • Ya han pasado dos noches fuera de casa por la crecida de los ríos.
  • Se espera que este jueves puedan regresar a sus domicilios.
  • Se han recuperado la mayoría de suministros y se trabaja para reabrir las carreteras afectadas.
  • Repararlas costará más de cuatro millones de euros.
  • El caudal de los ríos baja progresivamente y no se esperan más lluvias.
  • Los hoteleros piden no cobrar la tasa turística para compensar las pérdidas.
  • Se han inundado algunos embarcaderos fluviales, como los de Móra d'Ebre y Flix.
Estado en el que ha quedado el párking del golf de Salardú, tras la crecida del río Garona.
Estado en el que ha quedado el párking del golf de Salardú, tras la crecida del río Garona.
SALVADOR MIRET / ACN
Estado en el que ha quedado el párking del golf de Salardú, tras la crecida del río Garona.

Unos 200 vecinos de la Vall d'Aran y el Pirineu de Lleida han regresado a casa este miércoles una vez el caudal del Garona empezara a normalizarse tras los desbordamientos registrados el pasado martes por las intensas lluvias caídas en la zona y el deshielo. Según el último balance de Protección Civil quedan 88 personas evacuadas, 55 en Les, 27 en Bossòst, cuatro en Aubèrt y dos en Arties.

Por otro lado, se mantiene cortada la carretera C-28 entre Garòs y Gessa por el hundimiento de una parte de la vía a causa de las inundaciones, y la N-230 de Les hasta la frontera francesa. Además, solo se permite la circulación de vecinos y de vehículos de emergencia en la nacional en su tramo entre Vielha y Les.

Tras una primera valoración, el Síndic d'Aran, Carles Barrera, ha cifrado en más de cuatro millones de euros el coste de reparar los daños que han sufrido las vías aranesas, especialmente la C-28 y la N-230. La primera tiene dos puntos críticos, uno entre Garós y Gessa y otro entero Salardú y Arties.

La N-230 está en muy mal estado de Les en la frontera francesa. Por esta vía, que continúa cortada para los vehículos de gran tonelaje como la C-28, pasan diariamente unos 600 vehículos entre Vielha y Francia. También hay muchas vías secundarias que están en riesgo de sufrir derrumbamientos y por este motivo sólo tienen operativo un carril.

A pesar de que los caudales de los ríos están bajando progresivamente y de que no se esperan lluvias importantes ni en Vall d'Aran ni en el Pallars Sobirà, 18 municipios de ambas comarcas mantienen activados sus planes municipales de forma preventiva.

Endesa, con la ayuda de dos helicóptero del Ejército, ha distribuido varios grupos electrógenos y ahora sólo quedan 26 abonados de Vielha sin suministro eléctrico. El agua potable se distribuye con camiones cuba en Arties, la única población que no ha recuperado el servicio.

Normalidad en el turismo

La Federación de Hotelería de Lleida ha pedido que no se cobre la tasa turística en la Vall d'Aran durante dos años para compensar las pérdidas. Su presidente, Juan Antonio Serrano, ha subrayado que sería una forma "rápida" y "eficaz" para que los empresarios "puedan utilizar estos recursos para financiar sus infraestructuras".

Asimismo, Serrano ha indicado que el 90% de los establecimientos están en pleno funcionamiento y que sólo se ha anulado un 10% de las reservas por este fin de semana y San Juan. Los más afectados son los campings: de los ocho que hay, seis están afectados y cinco de ellos no podrán abrir posiblemente durante todo el verano.

También hay veinte restaurantes afectados, que "de aquí a poco tiempo" podrán volver a funcionar, excepto uno. Los hoteles también podrán volver a funcionar pronto menos algunos que han sufrido inundaciones en los bajos y que tardarán algo más en volver a la normalidad.

La tromba llega al mar

La crecida controlada del río Ebro provocada por las fuertes trombas de agua y el deshielo en el Pirineo leridano ha obligado a cerrar los dos pasos de barca abiertos al público e impide la navegación a motor por el río, informa la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La semana pasada el Ebro registró una gran crecida, con un desembalse de 1.000 m3/s, por lo que los agentes turísticos, los consistorios que promocionan la navegación fluvial y los técnicos encargados de luchar contra la mosca negra, por ejemplo, esperaban el fin del episodio para normalizar la situación.

No obstante, ello no ha sido posible y la situación de emergencia creada en el Alto Pirineo ha obligado a la CHE a efectuar un desembalse preventivo de 1.400 m3/s en el sistema de pantanos que regulan el Ebro catalán.

Las principales consecuencias de la nueva riada han sido el cierre de los dos pasos de barca operativos en el río, el de Flix y el de Miravet, y la prohibición de la navegación a motor. Además, el agua ha inundado algunos embarcaderos fluviales, como los de Móra d'Ebre y Flix (Tarragona).

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