Una década después de la muerte de Copito de Nieve (Floquet de Neu) un equipo de investigadores catalanes ha descifrado el genoma del gorila blanco del Zoo de Barcelona y ha aclarado el misterio de su albinismo: la endogamia.

A partir de una pequeña muestra de sangre congelada de Copito, los investigadores Tomàs Marquès Bonet y Javier Prado, del Institut de Biologia Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra, en colaboración con el Centro Nacional de Análisis Genómica, han podido secuenciar el genoma de Copito.

Comparándolo con el de los gorilas normales, han descubierto que Copito tenía una rara mutación que afectaba a la producción de melanina y provocaba el albinismo, que se manifestó porque la heredó tanto de su padre como de su madre. Los dos progenitores, que eran portadores, descendían de la misma familia, y todo apunta que fueron tío y sobrina. Es decir, que Copito es fruto de la endogamia familiar.

Precisamente, la falta de pigmentación en la piel, pelo y ojos del animal, también habría provocado la enfermedad que le causó la muerte.

Copito de Nieve, que llegó a Barcelona en noviembre de 1966 y murió en 2003, 37 años después, fue padre de 21 gorilas, machos y hembras. En el zoo de Barcelona todavía vive una hija, cuatro nietas y una bisnieta. Pero por los zoos de todo el mundo hay repartidos también muchos más descendientes suyos.

Con este descubrimiento se facilitaría técnicamente la obtención de otro gorila blanco, aunque ningún zoo se lo plantea y descartan realizar cruces para obtener otro alegando motivos éticos. "Técnicamente es posible obtener un gorila blanco, pero éticamente es reprobable", ha sentenciado en este sentido el investigador Tomàs Marquès i Bonet.

Marquès y Javier Prado han secuenciado el genoma de Copito y lo han comparado con el de dos gorilas negros. Gracias a esto han hallado las diferencias y se ha observado una única variante que podría explicar el fenotipo albino: el gen SLC45A2, que no es el más común de los cuatro genes que se conoce que son responsables del albinismo.

En el caso de Copito de Nieve se va encontrado un 12% de consanguineidad y se ha concluído que sus progenitores eran portadores de la mutación.