El responsable de la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, José Antonio Aranda, ha restado importancia a la predicción realizada por el canal francés 'Meteo respecto' al 70 por ciento de probabilidades de que se viva el verano más frío desde 1816 al considerar que este tipo de afirmaciones hay que tomarlas "con pinzas" porque los pronósticos a largo plazo "tienen un índice de acierto muy bajo".

En declaraciones a Europa Press, Aranda ha eludido afirmar si el canal de meteorologóa galo "ha errado o no" en sus pronósticos, pero ha añadido que, en su caso, no toma la predicción "como algo que va a misa, sino como una información más".

Según sus palabras, los pronósticos sobre "un verano sin verano", o la posibilidad de que se dé es estío "más frío desde 1816", hay que tomarlas "con pinzas, por decir algo".

Aranda ha subrayado que estos modelos (de predicción) "se están basando en modelos estacionales que están haciendo grandes grupos de predicción del mundo". Algunos de ellos, seugún ha dicho, están previendo temperaturas "más frías, más frescas y más húmedas" para este verano en la península ibérica pero, sugún ha añadido, "otros están dando normalidad absoluta, e incluso algunos modelos con temperaturas más altas que las normales".

"Estos modelos, por líneas generales, los estacionales, estos que son a tan largo plazo, son modelos que tienen un índice de acierto muy bajo. Entonces hay que cogerlos como una referencia, una información más, pero no tomarlos al pie de la letra, porque realmente la probabilidad de acertar que tienen es muy baja", ha manifestado.

"primaveras húmedas,

Veranos fríos"

Aranda también ha dicho que hay que "coger con pinzas" afirmaciones como que "cuando las primaveras que han sido húmedas y frías después hay un determinado porcentaje de probabilidades de tener un verano malo". "Eso, unas veces se cumple y otras no", ha sentenciado.

El meteorólogo vasco ha recordado el clima ques se vivió en el año 1816, citado por canal Meteo. "No hubo verano climatológicamente hablando, ya que hubo temperaturas tres o cuatro grados más bajo de lo normal en Europa, aunque también en otros sitios como Estados Unidos o Canadá", ha manifestado.

Según ha precisado, esto se debió a que "durante unos cuantos años el sol tuvo muy poca actividad solar, a la tierra llegaba muy poca energía, con lo cual la Tierra se enfrió". "Además, en 1815 explotó el volcán Tambora, que ha sido una de las mayores explosiones que ha habido en los últimos millones de años de un volcán. Lanzó millones de toneladas de polvo a la atmósfera, y subió a la estratosfera y se quedó ahí durante mucho tiempo, eso enfrió la Tierra unos siete u ocho grados", ha añadido.

A su juicio, comparar es escenario con el actual, es "comparar 'peras con melones'". "Es una situación que no tiene nada que ver con lo que pasó aquel año, y la posibilidad de que vuelva a ocurrir es casi nula", ha concluido.