La empresa Hammam Al Andalus abre en la tarde de este viernes en Málaga capital sus baños árabes, una apuesta por el turismo de salud en pleno centro histórico y en la que sus propietarios han invertido más de cinco millones de euros y 10 años. Además, se ha contratado a un total de 64 personas.

El gerente de esta compañía, Antonio Rivadeneyra, ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que la apertura se ha retrasado por las licencias necesarias, sin embargo, ya este sábado podrán abrir el día completo en Málaga, "la provincia turística por excelencia de Andalucía".

Con dicha iniciativa esta empresa, de capital andaluz 100 por cien, quiere "complementar y enriquecer la oferta cultural, turística y de ocio de Málaga, y con el tiempo convertirnos en lugar emblemático para la ciudad". Ya hay 42 empleados, a los que se sumarán otros 22 desde la próxima semana, lo cual ha considerado también "una buena noticia" teniendo en cuenta la situación actual de crisis económica.

Las instalaciones, de cerca de 1.300 metros cuadrados, son también "un ejemplo de innovación en eficiencia energética" ya que cuenta con 16 pozos excavados a 150 metros de profundidad que forman un circuito geotérmico de última generación que aprovecha la energía de la tierra y producen el calor y el frío necesarios para mantener la temperatura de las cinco termas y del conjunto de los baños.

El proyecto arquitectónico te traslada a la antigua Medina de Málaga: "es un sitio en el que vendemos sensaciones y en cada sesión el cliente se traslada al pasado y estará tranquilo y relajado". La duración de las mismas es de aproximadamente hora y media.

El perfil de usuario de las instalaciones es el de personas de entre 25 y 40 años atraídos por el turismo cultural y que, además, buscan alternativas al mismo. Esta apuesta por Málaga, ha recordado, se inició hace aproximadamente 10 años, cuando la empresa adquirió dos inmuebles en la plaza de los Mártires número 5, muy cerca del Museo Thyssen.

Su experiencia estaba entonces en sus baños de Granada, a los pies de la Alhambra, donde se establecieron hace 15 años y que fueron los primeros de España tras su cierre cinco siglos después de su desaparición, con la expulsión de los últimos andalusíes.

Este Hammam es distinto a otros que puedan verse en países como Marruecos o Turquía puesto que está más enfocado al turismo de ocio y salud, ha informado el gerente, que ha añadido que en estos años han evolucionado bastante tanto en materiales empleados como en las propias instalaciones. De hecho, las de la capital malagueña son las más grandes que tiene esta empresa, con baños árabes también en Córdoba y Madrid.

Ha destacado el proyecto, del arquitecto malagueño Moisés Gómez; el proyecto de decoración, con el asesor Antonio García y la decoradora María Jesús García; y el energético. En este punto ha incidido en el trabajo que se ha realizado puesto que se ha levantado el edificio entero recreando la Málaga nazarí "porque es de sus épocas más esplendorosas". Por ejemplo, la piscina de agua templada cuenta con una cúpula de 16 metros.

En el mundo islámico, el baño público o Hammam es uno de los centros principales de la vida social. Se trata de una actividad de carácter ritual y, aunque la higiene del cuerpo se considera un acto de purificación religiosa, es también un lugar de reunión, descanso y relación con los demás.