Primera fumata, negra: los cardenales volverán a la Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa

Imagen de la chimenea de cobre sobre la capilla Sixtina desde donde se pueden ver la "fumata negra" en la plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano.
Imagen de la chimenea de cobre sobre la capilla Sixtina desde donde se pueden ver la "fumata negra" en la plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano.
Maurizio Brambatti / EFE
Imagen de la chimenea de cobre sobre la capilla Sixtina desde donde se pueden ver la "fumata negra" en la plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano.

Primera 'fumata negra': los cardenales deberán volver a la Capilla Sixtina este miércoles para seguir con las votaciones del cónclave para elegir nuevo papa. La f'umata negra' salió a las 19.42 hora local, dos horas y siete minutos después de que se encerraran los 115 cardenales para elegir al sucesor de Benedicto XVI. El humo negro, muy denso, salió por la chimenea durante un buen rato, para que no quedasen dudas de que era de ese color.

Miles de personas se congregaron en la plaza de San Pedro para seguir el evento en directo, desafiando la lluvia y el frío reinante en Roma. Teniendo en cuenta que los electores son 115, son necesarios 77 votos para que se pronuncie el tradicional habemus papam.

Primer día de cónclave

Este martes, un total de 115 cardenales entraron por primera vez en la capilla Sixtina para elegir al 266 sumo pontífice de la historia de la Iglesia Católica.

Antes, se reunieron un cuarto de hora en la cercana capilla Paulina para una oración inicial, tras la cual el purpurado que preside el rito, el cardenal Giovanni Battista Re, les recordó en latín, lengua en la que se desarrolla el ritual, que están allí para elegir al Sumo Pontífice.

Ya en la capilla Sixtina, el cardenal decano, Angelo Sodano, leyó la fórmula de juramento para a continuación cada cardenal elector pronunciar su nombre, poniendo la mano sobre los Evangelios: "Prometo, me obligo y juro", han dicho los cardenales.

La fórmula del juramento

Según la fórmula del juramento, recogida en la 'Universi Dominicis Gregis', los cardenales prometen "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.

A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias ha pronunciado el 'extra omnes' —todos fuera— y los no electores han abandonado la Capilla Sixtina.

Una vez cerradas las puertas, un eclesiástico, en esta ocasión el cardenal maltés octogenario Prosper Grech ha realizado una meditación sobre la elección del pontífice tras la cual Grech y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas, el arzobispo Guido Marini, han abandonado también la capilla y las puertas han sido cerradas a cal y canto.

El cardenal James Harvey, último de la orden de los diáconos —el Colegio Cardenalicio está dividido en tres órdenes: obispos, presbíteros y diáconos— es el encargado del cierre y apertura, en esta ocasión y a partir de ahora cada vez que sea necesario durante el cónclave.

El voto

Los cardenales deben emitir su voto secreto frente al fresco pintado por Miguel Ángel en la pared del altar de la Capilla Sixtina, el Juicio Universal. Según ha indicado el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César Franco, el fresco puede servirles de referencia cuando voten, ya que lo hacen ante la mirada de quien un día también les juzgará a ellos.

Durante el periodo de escrutinios, los purpurados deben abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano.

Además, según las normas, "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica". Asimismo, las reglas marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.

La forma de elección se realiza únicamente por escrutinio. Si eso no ocurre en la tarde de este martes —es decir, en la primera votación—, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.

No hay un candidato fuerte

Los purpurados llevaban desde el pasado día 4 reunidos a diario para preparar la asamblea. El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana.

Los papables que más suenan son el italiano Angelo Scola, de 71 años, arzobispo de Milán; el brasileño Pedro Odilo Scherer, de 63 años, arzobispo de Sao Paulo; el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, y el arzobispo de Boston, el capuchino Sean O'Malley.

Misa previa al cónclave

Durante la misa Pro eligendo Romano Pontifice, el cardenal Sodano, encargado de oficiarla, hizo un llamamiento a la unidad y pidió a Dios "otro Buen Pastor para su Santa Iglesia".

Sodano, que no participa en el cónclave al tener 85 años, agregó que Pablo reconoce que en la unidad de la Iglesia existe una diversidad de dones, pero que esa diversidad "está en función de la edificación del único cuerpo de Cristo".

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