El cardenal Sodano pide "otro Buen Pastor" y llama a la unidad de la Iglesia antes del cónclave

  • El cardenal decano presidió la misa Pro eligendo Romano Pontifice.
  • El cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI arranca este martes a las 16.30 horas y la primera fumata podría verse hacia las 20 horas.
  • El nuevo papa sólo saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios del cuerpo cardenalicio, es decir, necesitará 77 votos para ser elegido.
Los 115 cardenales asisten a la misa votiva "Pro eligendo Pontifice" previa al comienzo del cónclave, que oficia el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Los 115 cardenales asisten a la misa votiva "Pro eligendo Pontifice" previa al comienzo del cónclave, que oficia el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, en la basílica de San Pedro del Vaticano.
EFE/Michael Kappeler
Los 115 cardenales asisten a la misa votiva "Pro eligendo Pontifice" previa al comienzo del cónclave, que oficia el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, en la basílica de San Pedro del Vaticano.

A falta de solo unas horas para el cónclave del que saldrá el sucesor de Benedicto XVI, el cardenal Angelo Sodano, decano del colegio cardenalicio, expresó durante la homilía de la misa Pro eligiendo Pontífice la gratitud de los cardenales al expapa y pidió a Dios "otro Buen Pastor para su Santa Iglesia".

Asimismo, hizo un "fuerte llamamiento" a la unidad. "Les exhorto a comportarse de manera digna, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándose recíprocamente con amor, tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz", dijo Sodano, refiriéndose a la carta a los Efesios del apóstol Pablo, "que empieza -dijo- con un fuerte llamamiento a la unidad eclesial".

Sodano, que no participará en el cónclave al tener 85 años, agregó que Pablo reconoce que en la unidad de la Iglesia existe una diversidad de dones, pero que esa diversidad "está en función de la edificación del único cuerpo de Cristo".

"San Pablo nos enseña que también todos nosotros tenemos que colaborar para edificar la unidad de la Iglesia, ya que para realizarla es necesaria 'la colaboración de cada articulación'. Todos nosotros, pues, somos llamados a cooperar con el Sucesor de Pedro, fundamento visible de tal unidad eclesial", subrayó. Sodano expresó asimismo la gratitud de los cardenales a Benedicto XVI y pidió a Dios que dé "otro Buen Pastor para su Santa Iglesia".

Un "corazón generoso"

"Queremos agradecer al Padre que está en los Cielos la amorosa asistencia que siempre reserva a su Santa Iglesia y en particular por el luminoso pontificado que nos ha concedido con la vida y las obras del 265 sucesor de Pedro, el amado y venerado pontífice Benedicto XVI, al cual en este momento renovamos toda nuestra gratitud", afirmó el cardenal.

Y añadió: "al mismo tiempo queremos implorar del Señor que a través de la solicitud pastoral de los padres cardenales, quiera pronto conceder otro Buen Pastor a su Santa Iglesia". Sodano se refirió a la misión del papa y dijo que la "actitud fundamental de cada buen Pastor es dar la vida por sus ovejas".

Pidió a Dios que de a la Iglesia un nuevo papa "con un corazón generoso" y señaló que en la línea de los últimos pontífices, el sucesor de Benedicto XVI debe promover "sin cesar la justicia y la paz". Sodano se refirió también a la importancia de la evangelización, a la que llamó "la más alta e integral promoción del ser humano".

La misa votiva fue oficiada en latín, aunque las lecturas se hicieron en español e inglés y las intenciones en francés, swahili, portugués, malayo y alemán. Asistieron a ella varios centenares de obispos y arzobispos, entre ellos el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, que es también el secretario particular de Benedicto XVI.

Durante la misa los fieles pidieron por los cardenales electores, por todos los pueblos de la tierra, por las necesidades de la vida y por la familia. Tras la celebración, los purpurados se retiraron a la residencia de Santa Marta, donde se alojarán durante los días que dure el cónclave.

Cónclave del siglo XXI

El segundo cónclave del siglo XXI arranca a las 16.30 horas y la primera fumata podría verse hacia las 20 h, aunque previsiblemente será negra, ya que es "difícil" que este primer escrutinio sea positivo, según ha explicado el jefe de la Sala de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi.

No obstante, precisó que esta fumata aparecería en caso de que los cardenales decidieran votar, pero que esta primera votación, en la que participarán los 115 cardenales electores (menores de 80 años), no es obligatoria, por lo que podrían decidir posponerla. Si es así, se conocerá por la noche, cuando los cardenales ya estén cenando en Santa Marta.

El nuevo papa sólo saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios del cuerpo cardenalicio, es decir, necesitará 77 votos para ser elegido.

El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana y son muchos los que aseguran que el futuro papa no será italiano, debido al lastre del escándalo "Vatileaks". El papa que salga elegido tendrá que afrontar importantes retos.

La ciudad de Roma está preparada para recibir entre 100.000 y 200.000 fieles y después a los jefes de Estado y de Gobierno que querrán dar la bienvenida al nuevo papa. Al igual que en los últimos actos de Benedicto XVI se movilizarán alrededor de 2.000 personas entre fuerzas del orden y voluntarios.

Habitaciones por sorteo

Los 115 cardenales que elegirán al nuevo papa empezaron a llegar a partir de las 7.00 horas a la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano.

La Domus Sanctae Marthae, nombre oficial de la residencia, está a pocos metros a la derecha de la Basílica de San Pedro y es un moderno edificio de cinco plantas con 106 suites, 22 habitaciones individuales, un apartamento y numerosos salones, que hará la vida más cómoda a los purpurados, sobre todo a los más ancianos.

Las habitaciones han sido asignadas a los cardenales por sorteo, según la normativa vaticana. La procesión de los purpurados comenzará a las 16.30 horas, desde la Capilla Paulina para entrar en el cónclave. Dentro de la sede, se comprobará que no sean instalados dolosamente medios de grabación o transmisión.

Una vez que los purpurados lleguen a la Capilla Sixtina, el cardenal decano, Angelo Sodano, leerá la fórmula de juramento, y a continuación, cada cardenal elector pronunciará su nombre y, poniendo la mano sobre los Evangelios, dirá: "Prometo, me obligo y juro".

Voto secreto en la Capilla Sixtina

Según la fórmula del juramento, recogida en la 'Universi Dominicis Gregis', los cardenales prometen "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.

A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias pronunciará el "extra omnes" (todos fuera) y los no electores deberán abandonar la Capilla Sixtina. Tras la meditación, el eclesiástico encargado de pronunciarla saldrá de la Capilla junto al Maestro de Celebraciones Litúrgicas.

Los cardenales deberán emitir su voto secreto frente al fresco pintado por Miguel Ángel en la pared del altar de la Capilla Sixtina, el Juicio Universal. Según ha indicado el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César Franco, el fresco podría servirles de referencia cuando voten, ya que lo harán ante la mirada de quien un día también les juzgará a ellos.

La Capilla Sixtina cerró sus puertas al público a las 13,00 horas del pasado martes para iniciar los preparativos del cónclave. Desde entonces, los operarios han encargado de colocar las dos estufas, una para quemar las papeletas de los escrutinios y otra para hacer el humo negro o blanco, y de elevar el piso para hacer un único nivel que llega al primer escalón del altar y donde se colocarán las mesas y sillas.

Incomunicados con el exterior

Durante el periodo de escrutinios, los purpurados deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano.

Además, según las normas, "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica". Asimismo, las reglas marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.

La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio. Si eso no ocurre en la tarde del primer día, es decir, en la primera votación, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.

La fumata tiene hora fija

Salvo el martes, si la elección fuera positiva, el humo blanco podrá esperarse en torno a las 10.30-11.00 horas de la mañana y las 17.30 o 18.00 horas por la tarde. Si no hay elección, los horarios que se esperan para el humo negro es entorno a las 12.00 horas al final de la mañana y en torno las 19.00 al final de las dos votaciones de la tarde.

Cuando haya elección, sonarán las campanas de la Basílica de San Pedro y desde la aparición de la fumata blanca hasta el anuncio de la elección pasarán alrededor de 40 minutos, porque se llevan a cabo el rito de la aceptación de parte del nuevo papa, el cambio de los ornamentos, así como también el rito de obediencia por parte de los cardenales presentes en la Capilla Sixtina.

Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspende por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.

Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.

Finalmente, cuando sea elegido el nuevo papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca.

Posteriormente, el nuevo papa va a la 'habitación de las lágrimas' para vestirse y vuelve a la Capilla Sixtina para una pequeña ceremonia con una oración y un pasaje del Evangelio. En ese momento, todos los cardenales demuestran su obediencia al nuevo Pontífice y después cantan el Te Deum.

Por primera vez, el nuevo Pontífice irá a la Capilla Paulina a rezar unos minutos. Poco después, el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará -si no es él el elegido- el Habemus Papam. Posteriormente, el nuevo Pontífice imparte la Bendición Urbi et Orbi como en Pascua y Navidad.

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