Nacho Duato: "Sería una cantante de ópera gorda"

  • Director del Ballet de Berlín y coreógrafo del Teatro de San Petersburgo, el bailarín protagoniza el documental 'Danse la Danse'.
  • Reconoce, pese a su poco amable salida de España, no sentir rencor: "Siempre he tenido que mirar hacia delante, no he tenido tiempo de nostalgias".
El coreógrafo español más internacional, Nacho Duato.
El coreógrafo español más internacional, Nacho Duato.
JORGE PARÍS
El coreógrafo español más internacional, Nacho Duato.

El fotógrafo Alain Deymier da el salto al largometraje con Nacho Duato como centro y protagonista. Nos muestra en Danse la Danse la parte hermosa pero sobre todo la más íntima y desconocida de la danza y la vida de una compañía: la cámara se adentra entre los bastidores y atrapa al espectador. Acostumbrados a ver la espectacularidad de los montajes de danza, su lado más poético y bello, este documental, que se acerca a la despedida de Duato de la Compañía Nacional de Danza en su última actuación en 2007 en el Bolshoi, hace también de ventana indiscreta a través de la que mostrar y mirar los miedos y el cansancio,  el sudor que una vez sobre las tablas apenas se sospecha.

"Porque adoro la danza, adoro la música y supe que era el final de una etapa de Nacho... Yo estaba un poco obsesionado por los temas del final de las cosas, el vacío...", explicaba Deymier y confirmaba Duato en una de las pocas recepciones que en España hace a la prensa desde que se marchó, cuando dejó (o para ser más exactos tuvo que dejar) la dirección de la Compañía Nacional. Parece que era otro tipo de director el que se requería, pero el tiempo ha demostrado que erraban el tiro. España sigue sin tener un teatro de danza, sus directores permanecen fieles al corte clásico, y Nacho, en cambio,  es uno de los más disputados en Europa: si no es el primero, es de los primeros en compaginar la dirección de un Ballet (de Berlín) y la labor de coreógrafo de un teatro (el de San Petersburgo).

¿Qué le inspira a usted?

Sobre todo la música. Es lo más perfecto, el arte más perfecto que existe.

¿Y la danza?

La danza nunca llegará a ese nivel de perfección, pero para mí era lo más cercano, por eso empecé a bailar.

Así que si no hubiera sido usted bailarín, habría sido cantante o músico...

Me hubiera gustado ser una cantante de ópera gorda.

¿No le estará traicionando el subconsciente con lo de "gorda"? ¿Harto de la tiranía de la delgadez?

No sé, tal vez. Pero creo que eso de la delgadez en realidad, en el baile,  les afecta bastante más a las mujeres.

Quiso usted despedirse, da la impresión, tras veinte años al frente de la Compañía Nacional de Danza, con el menor dramatismo posible, pero ¿realmente cómo lo vivió?, ¿es posible que no haya cierto rencor, dolor o nostalgia?

Tuve la suerte de empezar con otras cosas fuera de España, así que no tuve tiempo. Y yo soy de los que corta muy por lo sano. Es lo mejor. Además, como tenía todo programado no me quedaba otra que mirar hacia delante.

¿Ni una nostalgia?

Bueno, igual por dentro, en algún lugar hay cosas que se movieron, pero yo no me detengo en las nostalgias.

¿Tampoco rencor?

No estoy resentido con España. Supe que nunca iban a darme un teatro aquí. Y así ha sido: no hay un teatro estable de danza.

¿Qué sintió al ver la película Danse la Danse?

Que es un trabajo de muchísima sensibilidad, y que el director ve desde el punto de vista cinematográfico.

¿Y al ver los miedos en la pantalla?

Lo ha plasmado muy bien; porque el día a día de una compañía es eso también: sus miedos y su cansancio, que a veces es mucho.

También ha entrado en una parte personal suya...

Sí, también hay una parte muy personal de mí en el documental. Pero es el lado de coreógrafo, mi método de trabajo y de inspiración.

¿Qué le parece que los jóvenes de nuestro país se vean obligados a buscar oportunidades fuera de aquí porque no tienen hueco?

Creo que es muy sano salir fuera y hacerlo pronto. Yo tuve que salir de España, y estuve 18 años fuera. He trabajado en mis comienzos hasta en un McDonald. En mis tiempos, tenía que bailar a escondidas, ni siquiera mis amigos lo sabían. Entonces era más fácil ser comunista que de una compañía de ballet.

Sí, pero ¿no le da pena la situación actual?

Por supuesto, pero no solo me da pena por ellos, me da muchísima pena por todos los que sufren esta crisis.

Decía antes que lo que más le inspira es la música, pero más fuentes tendrá...

Es que en realidad todo es susceptible de inspirarme.

¿La literatura le inspira?

Sí, pero de todos modos uno no es coreógrafo todo el día. Así que leo, aunque no siempre me inspire. Ahora mismo estoy leyendo a Fray Luis de León.

¿Es usted de los que creen en el poder del arte como medio para cambiar las cosas?

Precisamente eso es algo que me gusta mucho de los rusos: aún creen en el poder del arte para cambiar las cosas.

No se prodiga usted en España, ¿hay alguna pregunta que, tras tanto tiempo, le hubiera gustado que se le hiciera?

Difícil... En fin, creo que de todas las preguntas que me podías hacer, ésa es la única que no sé responderte.

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