El Castillo Medina Nogalte de Puerto Lumbreras ha sido galardonado con uno de los premios de Calidad en la Edificación de la Región de Murcia en la categoría de 'Rehabilitación', según han informado fuentes municipales en un comunicado.

Así, el consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla, ha presidido hoy el acto de entrega de la quinta edición de estos premios, organizados por la Consejería con la colaboración del Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de edificaciones de la Región de Murcia, la Federación Regional de Empresarios de la Construcción de Murcia (Frecom) y Cajamurcia.

"El objetivo de estos premios es resaltar la trascendencia que tiene en la actualidad el concepto de calidad de los edificios, además de reconocer la labor de profesionales y usuarios, que han sabido mantener en el tiempo la dignidad de los edificios que se premian por su calidad implícita", destacó Sevilla.

Asimismo, resaltó la calidad y cantidad de los trabajos presentados "que ha ido en aumento desde la primera edición de los premios y ha alcanzado en esta quinta edición un total de 31 trabajos". Además, explicó que la novedad de los premios "ha estado en el asesoramiento técnico gratuito a las comunidades de vecinos en materia de eficiencia energética y en cuanto a las medidas para el ahorro en el consumo de agua".

Por su parte, el alcalde de Puerto Lumbreras, Pedro Antonio Sánchez, ha recogido el premio que se ha otorgado al Castillo de Nogalte en la categoría de 'Rehabilitación'. El proyecto de reconstrucción del Castillo ha atravesado varias fases desde sus inicios.

Tras las excavaciones arqueológicas se procedió al diseño de las diferentes actuaciones que habría que llevar a cabo, en colaboración con la administración autonómica, central y europea, para recuperar una estructura lo más similar posible a la original.

Y es que, el Castillo de Nogalte fue construido alrededor del siglo XII en el cerro del Castellar. El lugar fue elegido debido a su estratégica situación, ya que desde él se podían vigilar la Rambla de Nogalte y el Valle del Guadalentín, lo que permitía un efectivo control sobre las más importantes vías de comunicación de la zona.