El maestro ruso Yuri Temirkanov ha manifestado este martes que "antes los dirigentes de los estados eran personalidades más cultas que hoy en día" y ha lamentado que en la actualidad "los países son dirigidos por juristas, economistas y otros que no conocen siquiera lo que es la cultura". Partiendo de que "en época de crisis lo primero que se ve afectado es la cultura" se demuestra que "no llegan a entender que sin cultura un país no tiene futuro".

La motivación, aún así, para coger la batuta no desaparece, pues "dirigir no es como la cultura de masas que despierta los instintos básicos" por el contrario, "la música verdadera y genial eleva a una persona sobre su vida cotidiana" y "si los médicos curan el cuerpo, los directores curan el alma", o al menos, eso espera.

El prestigioso director ha confesado estos pensamientos durante la presentación del primero de los dos únicos conciertos que ofrecerá en España, esta noche en el Palau de la Música de Valencia. El miércoles estará en Madrid. Regresa al frente de la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo junto al pianista español Javier Perianes, para interpretar la Sinfonía nº1 'Clásica' y la nº7 de Serguei Prokofiev, así como el 'Concierto para piano y orquesta' de Robert Schumnann.

Del repertorio, Temirkanov ha querido destacar la oportunidad que supone este recital para escuchar la Sinfonía nº7 de Prokofiev, "raras veces tocada por no ser una sinfonía común". Así ha recordado la curiosa historia de esta composición que nació como una sinfonía infantil.

A partir del 1948, las obras de Prokofiev no eran interpretadas. Un día se encontró con el también compositor Dmitri Shostakovich y le confesó que "no tenía dinero ni para comer". Entonces, éste convenció al jefe de la radio de Moscú para que encargara a Prokofiev una sinfonía para niños, que era como se llamaba esta obra en un principio.

Es una pieza "sencilla y muy dulce" que, a pesar de no haber tenido mucho éxito entre el público y ser interpretada pocas veces por su origen infantil, "es maravillosa", ha asegurado Temirkanov.

"mi tristeza es muy clara"

En su opinión, Prokofiev es "uno de los compositores de los más geniales y destacados del siglo XX" caracterizados por una música "muy teatral, muy brillante de manera teatral". Según Temirkanov, "si Shostakovich describe su estado en la música, la de Prokofiev es más imaginativa".

Se trata de una música "muy ligera, luminosa y muy clara pero detrás de las notas se esconde la tristeza". Como decía el poeta ruso Aleksandr Pushkin "mi tristeza es muy clara" y es lo que refleja la melodía del compositor.

Este concierto en la Sala Iturbi, es el séptimo que Temirkanov dirige en el auditorio valenciano desde que debutara en mayo de 1989 con la entonces Orquesta Filarmónica de Leningrado. Ha estado al frente de otras formaciones como la Dresdner Philarmonie, la Royal Philharmonic o la London Symphony. De ellas, ha estado al frente de la Orquesta de Valencia en dos ocasiones, en 1996 dirigiendo la 'Sinfonía nº5' de Chaikovski y en 1997 junto al contralto Birgitta Svendèn interpretando los 'Kindertotenlieder' de Mahler.

Por su parte, Javier Perianes, que ha actuado en tres ocasiones, dos de ellas en la Sala Rodrigo en 2003 y 2005, y la última en la sociedad Filarmónica de Valencia en 2009 ha destacado lo que supone para él tocar junto a uno de los maestros "más reputados de toda la historia" como Temirkanov y a quien ya admiraba cuando era estudiante.

El pianista ha subrayado la parte del 'Concierto para piano y orquesta' de Robert Schumnann que interpretará a las órdenes del director ruso, composición que pone de manifiesto la "cadencia del piano romántico" y más "en manos de un mago, esteta del sonido" como es Temirkanov", ha concluido.