El ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha, avanzó este lunes que quedan 79 personas hospitalizadas en cuidados intensivos después del incendio en una discoteca en el sur de Brasil que causó al menos 231 muertos durante la madrugada del domingo.
Cerca del 80% de esos internados son pacientes que sufrieron una intoxicación al inhalar el humo del incendio de la discoteca Kiss, de la ciudad de Santa María, en el Estado de Río Grande do Sul, y el 20% restante son heridos con quemaduras graves.
Cuarenta heridos permanecen en hospitales de Santa María y 39 fueron trasladados a centros médicos de Porto Alegre, la capital regional, y ciudades de su región metropolitana, tres de ellos en las últimas horas.
Padilha dijo que en la última noche no se registró ninguna muerte entre los pacientes ingresados en hospitales, aunque advirtió de que los próximos días serán "críticos" para los enfermos.
El ministro alertó que las personas que estuvieron en la discoteca y que inhalaron el humo podrían correr riesgo todavía de contraer una infección respiratoria grave.
Ayuda exterior
Para atender a los quemados, las autoridades brasileñas han contactado con bancos de piel de Sao Paulo y también de otras regiones del país y de Argentina, Uruguay y Perú, según el ministro.
Para este lunes estaba prevista la celebración de una misa ecuménica, a cargo del obispo Helio Adelar Hubert, a la que seguirán los entierros, que comenzarán a realizarse en el cementerio municipal a las 9.00 (11.00 GMT) con el auxilio de cerca de 300 militares de una base aérea ubicada en la localidad.
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