El arte que sí se preocupó por la llegada del fin del mundo

  • Escritores, cineastas, pintores y músicos se han inspirado en la desaparición de la raza humana y en la destrucción de la tierra para sus obras menos alegres.
  • Catástrofes naturales, ejércitos de muertos, meteoritos con puntería, el apocalipsis bíblico... cualquier desgracia vale para retratar el acabose.
  • 10 profecías sobre el fin del mundo que no llegaron a cumplirse jamás.
Una escena de la apocalíptica película '2012'.
Una escena de la apocalíptica película '2012'.
COLUMBIA PICTURES
Una escena de la apocalíptica película '2012'.

Quizá nunca se lea este artículo, estando ocupada la población en eso de sobrevivir al fin del mundo, pero si por un casual los mayas se equivocaron y lo único que llega este viernes es el fin de semana, hacemos repaso aliviados de las obras de arte que sí creen que el mundo se acabará algún día.

Y es que numerosos artistas han encontrado inspiración ya sea en el bíblico apocalipsis como en diferentes fechas y profecías tirando a cenizas, y han querido compartir con el público su inquietud ante un final catastrófico y total. La última profecía, la del calendario maya, data el fin del mundo tal y como lo conocemos para este mismo viernes, 21 del diciembre del 2012.

PELÍCULAS

No hay nada tan socorrido como hacer una película sobre el fin del mundo y cuantos más desastres ocurran y más gente estire la pata, mejor. Y es así porque los filmes que se dedican a elucubrar sobre cómo se convertirá el planeta en un terruño seco en medio del universo suelen atraer masivamente a la audiencia.

  • 2012 (Roland Emmerich, 2010). Directamente centrada en las teorías mayas con algunas licencias. Con más licencias que base, de hecho. Una erupción solar provocará un calentamiento de la tierra que hará a la humanidad desear haber colonizado Marte. La humanidad construye unas arcas último modelo para sobrevivir. Algunos.

  • Armageddon y Deep Impact (Michael Bay, 1998 y Mimi Leder, 1998.) Uno de los métodos preferidos del destino para librar al planeta de los humanos: el impacto contra la Tierra de un enorme meteorito. Ambos filmes tratan este tema, con grandes rocas malignas y equipos de héroes tratando de salvar a la humanidad por la expeditiva y expectacular vía de usar explosivos. También eligió la opción meteorito la película española Tres Días (Francisco Javier Gutiérrez. 2008).

  • Melancholia (Lars von Trier, 2011). El fin de los días llega también por causas planetarias, pero sin explosiones, derrumbes ni tsunamis que encarezcan la producción. Una familia se dedica a esperar el fin del mundo poniendo en orden su mente y sus sentimientos.

  • Una escena de 'El día de Mañana'.El día de mañana y El incidente (Roland Emmerich, 2004 y M. Night Shyamalan, 2008). La naturaleza, harta de los desmanes de los humanos, decide quitárselos de encima. En el primer caso con una glaciación aparecida de la noche a la mañana por culpa del calentamiento global y la segunda con una extraña influencia de las plantas en los humanos, que se quitan de en medio ellos solitos.

  • El fin de los días (Peter Hyams, 1999). El demonio viene a acabar con el mundo intentando embarazar a una muchacha del anticristo, mandándonos a todos a cocernos en el infierno, pero se encuentra con Arnold Schwarzenegger, que hace de profiláctico con ametralladora.

  • Wall-E (Andrew Stanton. 2008). Los niños también son público objetivo para el fin del mundo, al fin y al cabo, algo les tocaría si se produjera. En esta película de animación la acumulación de basura y polución ha dejado el planeta sin humanos, que acaban exiliados en el espacio.

  • Guía del autoestopista galáctico (Garth Jennings, 2005). Un surrealista y absurdo fin del mundo, basado en una serie radiofónica y en una novela, narra cómo nuestro amado planeta es destruido por la construcción de una autopista galáctica que pasa justo por el medio.

  • Así en el cielo como en la tierra (José Luis Cuerda, 1995). Los celos de Jesús ante la posibilidad de que llegue un nuevo mesías y salvador le hace proponer a su padre, dios, que es mejor organizar el fin del mundo, pero a lo español de posguerra, como de andar por casa.

  • Los días no vividos (Alfonso Cortés-Cavanillas, 2012). El fin del mundo llega y por una vez la acción no es en EE UU sino en Madrid. Una historia sobre colegas que deciden correrse la última juerga y que de paso encuentran el amor aunque les dure poco.

  • Fin (Jorge Torregrossa, 2012). Un misterioso fin del mundo pilla a un grupo de amigos de escapada en casa rural. Tras darse cuenta de que serán unas vacaciones definitivas comienzan un peligroso viaje en busca de ayuda o respuestas. 

CANCIONES

La música es un canal perfecto para transmitir sensaciones y los compositores no han dejado escapar la oportunidad de hacernos sentir el acabose. Ya sea de forma poética, tétrica o acongojante, los músicos se han dado también a la tarea de anunciar el fin del mundo como lo conocemos.

  • El último habitante del planeta, de Mastreta. Sólo hay un superviviente en el planeta y no se da por aludido de que el mundo se ha acabado y sigue viviendo como un marajá, feliz sin humanos que le hagan sombra y con el mundo a sus pies. 

  • La niña de Hiroshima, de Aguaviva. Recomendable no ponérsela por la noche ni estando solo. Es la supuesta adaptación de un poema, pero da más miedo que una multa de aparcamiento. No se dejen engañar por lo melódico del comienzo. De un disco dedicado al y llamado 'Apocalipsis'.

  • It's the end of the world as we know it, de REM. Un repaso por todos los males que ha provocado la humanidad y que la han hecho merecedora de irse al garete. Tiene unas letras fáciles de aprender e interpretar si tiene usted seis meses para dedicarle.

  • Muse.Apocalypse Please, de Muse. Una canción apocalíptica como dios en estado destructor manda, con melodía inquietante y letra anunciando el fin y pidiendo que se nos saque del apuro. Con referencias bíblicas y solicitud de milagro de última hora.

  • The End, de The Doors. La poética letra lo mismo valdría para el apocalipsis como para el fin del curso escolar, pero si algo deja claro durante la canción es que es el fin.

  • Until the end of the world, de U2. Una conversación entre Jesucristo y Judas a ritmo de balada. El comecome de haber traicionado a su maestro lleva al apóstol a suicidarse y así lo cuenta la banda de Bono, haciendo un spoiler de la Biblia.

  • La vida otra vez, de Gabinete Caligari. El fin del mundo retransmitido por la tele. Probablemente por Matías Prats gritando "¡Pero esto que es!". Eso sí, está contado a posteriori, así que es de suponer que Gabinete Caligari sobrevivió al apocalipsis.

  • The final countdown, de Europe. La más épica de todas las canciones sobre el fin del mundo, tanto, que hace que mole que el planeta se desintegre. Habla de dejar la tierra y de irse a Venus a probar suerte, probablemente en busca de empleo.

  • Gimme Shelter, de Rolling Stones. Habla de cosas destructivas como la guerra, el diluvio, el fuego y un toro rabioso que se ha extraviado.

  • Blackened, de Metallica. El fin del mundo dejando atrás las anticuadas trompetas y tirando de guitarra eléctrica y batería como si no hubiera mañana. De hecho, no lo hay. Habla de cancelar la raza humana a base del "azotante baile de la muerte".

LIBROS

Una película o una canción se acaban enseguida, así que si lo que queremos es hacer que el personal comience a cavar un búnker en el jardín, lo mejor es escribir más de quinientas páginas hablando de cómo de doloroso será cuando todo se acabe. Una tarea a la que se han dado no pocos escritores, con diversos resultados y estados de ánimo.

  • La carretera, de Cormac McCarthy. El invierno nuclear ha llegado a su propio domicilio. Al suyo y al del resto del planeta. Un hombre y su hijo vagan entre las cenizas buscando algo de comer, mientras otros humanos buscan comérselos a ellos.

  • Apocalipsis, de Stephen King. Para que andarse con rodeos con el título. En este caso es una peste creada por los humanos lo que acaba con los humanos. Eso sí, los que quedan se dividen entre pringados y poseedores de armas nucleares.

  • Zoombi: El apocalipsis zombi con denominación de origen, de Alberto Bermúdez. Se acabaron los escenarios en EE UU, el apocalipsis de los muertos vivientes ha llegado a la piel de toro. Aquí, un grupo de valientes se defienden de los zombis al estilo patrio.

  • El rebaño (Prospectivas), de César Mallorquí. Los humanos han hecho mutis por el foro, algo habrían hecho, y los únicos testigos conscientes son un perro pastor y un satélite con inteligencia artificial que se pregunta por qué no le cogerán las llamadas en la Tierra.

  • La hora del mar.La hora del mar, de Carlos Sisí. Los océanos, probablemente hartos de veraneantes que se orinan en sus aguas, son los responsables de poner en un brete a los habitantes del planeta a través de una serie de catastróficos fenómenos.

  • Metro 2033, de Dimitry Glukhovsky. ¿Alguna vez se han quejado de ir apretados en el metro? Pues resulta que en esta novela los túneles del suburbano son el último refugio para la humanidad tras una catástrofe nuclear, que ha plagado la superficie de mutantes con mala leche.

  • Buenos Presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman. El fin del mundo se acerca, pero un ángel y un demonio que llevan milenios viviendo de gorra en la tierra no están dispuestos a prescindir de su acomodada vida, así que deciden criar ellos mismos al anticristo.

  • Cenizas, de Mike Mullin. Al oso Yogi se le pondría el pelaje de punta al leer esta novela, pues el parque Yellowstone es en realidad un súper volcán que estalla para darle a los humanos su merecido. 

CUADROS

Nada mejor que un lienzo para amilanar al personal y llevarlos al redil de la verdadera fe. O simplemente para horripilar por diversión.

  • Zdzisław Beksínski. Este autor polaco no solía ponerle nombre a sus obras, posiblemente porque daban demasiado miedo. En sus pinturas abundan los esqueletos y los humanos corroidos, en ocasiones en actitudes que ninguna abuelita asidua de misa debería ver. 

  • El Juicio Final, Miguel Ángel. ¿Que ponemos en el ábside de la Capilla Sixtina? Pues después de años pintando boca arriba el techo, apetecía el fin del mundo. Así que el genial pintor se inspiró en el Apocalipsis de San Juan para este fresco lleno de gente ligera de ropa. Lo terminó en el año 1541.

  • El Infierno, de Luca Signorelli. ¿Qué supone el fin del mundo? Pues para la mayoría, azufre y calor en el infierno. Eso es lo que pintó este artista entre 1499 y 1504, dándose rienda suelta al retratar a los humanos torturados malamente por demonios con ganas de marcha.

  • El triunfo de la muerte.El triunfo de la muerte, de Pieter Brueghel el Viejo.  El pintor flamenco no dejó títere con cabeza en este óleo sobre tabla pintado en torno al 1562. Un ejército de muertos se dedica a darle matarile a la humanidad y de hacerle pagar sus pecados.

  • El Juicio Final, de Lucas van Leyden. El flamenco pintó en 1526 este tríptico en el que en medio está dios juez. A la izquierda, los inocentes plácidos con sus alitas, a la derecha, los pecadores, pasando las de Caín en el infierno.

  • Los cuatro jinetes del apocalipsis, de Durero. La Biblia inspiró al pintor alemán para hacer este grabado en 1498, cuando se pensaba que en el 1500 llegaría el fin del mundo. ¿Y qué mejor manera de congraciarse con los responsables del apocalipsis que con un retrato?

  • Visión del Apocalipsis, de El Greco. Es una de esas visiones del apocalipsis que podrían confundirse con un grupo de amigos haciendo la danza de la lluvia. En realidad Domenikos Theotokopoulos pintó en este óleo (1608 y 1614) a un grupo de mártires clamando justicia.

  • El gran día de su ira, de John Martin. Un fin del mundo de los que sí dan miedo, pintado por el artista inglés entre 1851 y 1853. Rayos, centellas, lava y gente cayendo en enormes grietas de tamaño apocalíptico.
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