En una breve ceremonia en la sala Roosevelt de la Casa Blanca, Bush declaró que la nueva ley "protegerá al pueblo estadounidense y hará que las fronteras sean más seguras".

El presidente estadounidense dijo que la inmigración ilegal ha aumentado en la última década debido a que, "desafortunadamente, EEUU no mantuvo el control absoluto de la frontera".

Bush destacó los logros de su gobierno para aumentar la seguridad en la frontera sur, y recordó que la dotación para ello se ha incrementado de los 3.600 millones de euros con los que contaba en 2001 a 8.200 millones este año.

Para 2008, añadió, el Gobierno estadounidense habrá duplicado de 6.000 a 12.000 el número de agentes de la Patrulla Fronteriza.

La "Ley del Muro", explicó, "ahonda en estos progresos".

"Queda mucho por hacer"

Sin embargo, admitió que aún queda mucho por hacer para la reforma migratoria, y declaró que trabajará con el Congreso para encontrar "un punto medio" entre las distintas posiciones.

Bush aboga por la creación de un programa de trabajadores temporales, algo que rechazan los republicanos más conservadores por considerarlo una vía para amnistiar a los inmigrantes indocumentados.

El presidente insistió en que se opone a una amnistía para estos inmigrantes porque, según él, los millones de "sin papeles" que ya se encuentran en EEUU no merecen una vía automática para recibir la ciudadanía.

Rechazada por los grupos pro derechos de los inmigrantes

La "Ley del Muro", que autoriza la construcción de una doble valla de 1.226 kilómetros en algunos puntos de la frontera sur, ha sido rechazada tajantemente por los grupos que abogan por los derechos de los inmigrantes.

Estas organizaciones sostienen que el muro no es la solución a la retahíla de deficiencias del actual sistema de inmigración estadounidense, y se pronuncian a favor de una reforma migratoria amplia y humanitaria.

Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha emitido una declaración en la que critica la decisión americana.

De las 34 naciones integrantes de la OEA, 27 aprobaron una declaración conjunta en la que expresaron "su profunda preocupación" por la postura estadounidense, que calificaron de "medida unilateral contraria al espíritu de entendimiento que debe caracterizar la atención de los problemas comunes entre países vecinos, y afecta la cooperación en el hemisferio".

Las autoridades mexicanas han agradecido la "solidaridad" de la OEA.