El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó el viernes en el almuerzo con sus homólogos europeos en la cumbre informal de Lahti (Finlandia), que los tres grandes retos a los que se enfrenta Europa en materia de inmigración son cooperación, control e integración.

Así, planteó la posibilidad de establecer oficinas europeas en los países de origen con el fin de canalizar la inmigración de forma ordenada y mediante la contratación de forma legal.

Aconsejó a sus homólogos ejercer una voluntad europeista que trabajen con la idea de que "Los inmigrantes que quieran venir a Europa a trabajar tienen que llamar a la puerta y entrar ordenadamente".

Gestión de fronteras e información cruzada

En cuanto a la gestión de las fronteras, Zapatero pidió un intercambio de información entre los puntos fronterizos y el refuerzo de la vigilancia, puesto que el fenómeno de la inmigración ilegal afecta a toda Europa por igual en tanto en cuanto no hay "fronteras" entre los países de la Unión.

Solicitó, en alusión al Frontex, afirmó que se va de Finlandia con el compromiso firme de los líderes europeos de aumentar los medios destinados al dispositivo de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) .

El reto de la integración

Zapatero resaltó el carácter estructural del fenómeno de la inmigración ilegal en Europa que pasa por saber cómo gobernar a una ciudadanía comunitaria que se enfrenta a una diversidad sin precedentes hasta ahora, donde el cambio demográfico dinamizado por la inmigración está formando nuevas sociedades.

Menores y humanitario

Además, Zapatero instó a que la UE realice modificaciones en lo que respecta a la legislación marítima internacional.

A día de hoy miles de náufragos que son rescatados no pueden ser devueltos directamente a sus países de origen, ya que la ley establece que en el caso de rescatarse en alta mar a inmigrantes ilegales, se les ha de llevar al puerto más próximo o al país de bandera del barco en el que viajan.

En cuanto a los inmigrantes menores, Zapatero sugirió que les considere "un grupo aparte" que permita tratarles de forma distinta a como se actúa con los ilegales mayores de edad que entran en Europa.

Política energéticaEl resto del encuentro estuvo dedicado a coordinar la posición europea sobre la

Putin evitó dar a los europeos las garantías escritas que le piden sobre el futuro de las inversiones extranjeras en el rico sector de la energía, aunque se mostró dispuesto a "encontrar enfoques comunes".

Putin tuvo que escuchar duros reproches de algunos de los líderes de la UE con quienes compartió cena.

El presidente ruso volvió a rechazar la posibilidad de que Rusia ratifique la Carta de la Energía, tratado internacional que contiene el marco jurídico y las obligaciones para el comercio energético entre el Oeste y el Este de Europa.

"No estamos en contra de los principios de la Carta, pero hay que modificar ciertas formulaciones" con el fin de que se tengan en cuenta "los intereses de todos los socios", insistió.